Cangas del Narcea,

Pepe RODRÍGUEZ

Hugo Fernández vivió uno de los sueños de su vida. Este pequeño vecino de Corias, en Cangas del Narcea, ha llegado, con 10 años, a jugar con los 80 niños seleccionados para ir a la Ciudad del Fútbol, en Madrid, a participar en la selección española de niños diabéticos.

Hugo siempre quiso jugar al fútbol. Desde muy pequeño se dedicó a pegar patadas a un balón. Cuenta su madre, Verónica Fernández, que ni un coche era capaz de coger porque sólo le importaba la pelota. Por eso fue una gran decepción para él saber, cuando los médicos le diagnosticaron diabetes, que tendría problemas para jugar de pequeño por los cuidados que requiere su enfermedad. Por eso le ha hecho especial ilusión este viaje a Madrid. Verónica cuenta así la diabetes: «es una enfermedad complicada. Nunca sabes por dónde va a salir, si le va a dar un bajón o una subida de azúcar, y yo tenía miedo de que estuviese en un equipo y no pudiese controlarse. Lo pasamos mal, pero es un enamorado del fútbol y había que intentarlo, que pudiese hacer lo que más le gusta, aunque cueste».

Emilio Fernández, el padre de Hugo, fue portero del Narcea y tiene buena parte de culpa del amor de su hijo por el fútbol. No puede evitar el orgullo cuando relata la aventura de Hugo en Madrid: «yo creo que él es bueno, pero allí había auténticos cracks. Luego los llevaron al Bernabeu, a ver las copas, cenaron allí... fue tremendo, fue una emoción enorme y una gran alegría para todos».

Hugo Fernández, que juega de delantero en el Narcea, marcó un gol en los partidos de Madrid y siempre se acordará de cuando estuvo con la selección de fútbol de los mejores niños diabéticos españoles: «nos dividieron en equipos y quedamos cuartos, pero a mí me hizo mucha ilusión todo. Fue genial».

El torneo de fútbol sala base de Cangas del Narcea, que se celebró en el polideportivo del Reguerón durante el fin de semana, se cerró con un acto de solidaridad con la lucha minera y, en concreto, con las mujeres de los mineros, que acomapañron a todos los equipos participantes en el acto de clausura y de entrega de premios del torneo. Miguel Ron (en la foto), uno de los jugadores que participaron en el torneo, con el equipo prebenjamín del Narcea, fue el encargado de leer una de las partes del manifiesto en favor de la lucha de su padre y de su madre, y de todos los mineros de la comarca y sus familias. El acto concluyó cantando, todos juntos, el «Santa Bárbara Bendita», informa P. R.