Salas,

Lorena VALDÉS

Falsa alarma. La llegada de máquinaria y operarios a Espinedo (Salas) hizo saltar las alarmas entre los vecinos, convencidos de que esta vez sí se reanudarían los trabajos en el tramo de la autovía del Suroccidente entre Cornellana y Salas, parado desde el verano de 2010, al igual que el que unirá Doriga con Cornellana. Sin embargo, Delegación de Gobierno se ha encargado de cortar de cuajo la euforia vecinal. El primer avance en dos años en este trazado, de poco más de siete kilómetros de longitud, se limitará a la colocación de unas vigas en uno de los puentes del tramo y se hará «por motivos técnicos». Fuentes de Degegación añadieron que «no está previsto que este año se reanuden las obras en esta infraestructura, ya que los recursos económicos disponibles se concentrarán en la Autovía de Cantábrico».

El futuro de la Autovía del Suroccidente es, por tanto, incierto, por no decir negro, ya que no se trata de una prioridad para el Gobierno de Mariano Rajoy, que da preferencia a la Autovía del Cantábrico y a la variante ferroviaria de Pajares, las dos actuaciones que centrarán el grueso de la inversión en infraestructuras hasta su conclusión, en 2013 y 2014, respectivamente, si no se producen más retrasos. El término de la infraestrucuctura que permitirá que el viaje entre Oviedo y La Espina pueda realizarse en 25 minutos no tiene fecha; de hecho, ni siquiera se sabe cuándo se pisará el acelerador en la ejecución de los trabajos que restan.

De acuerdo con los informes económicos del Gobierno central, para terminar el tramo de Doriga a Cornellana quedan pendientes obras por valor de 19,50 millones de euros, sobre un presupuesto total actualizado de 36,99 millones. Por tanto, la ejecución del lote, totalmente paralizado, no llega al 50 por ciento. En el caso de Cornellana-Salas, Fomento reconoce una inversión pendiente de 38,58 millones en una actuación cuyo coste es de 60,56. El trazado de Doriga a Salas está salpicado hoy de enormes pilastras sin tablero, algunas a medio levantar. Y ello pese a que en los Presupuestos Generales de este año hay una partida de 14 millones de euros para la autovía hasta La Espina, cantidad que no da ni para concluir uno sólo de los tramos iniciados.

Con unas cifras tan pesimistas, la inauguración de la primera calzada de Salas a La Espina en marzo de este año parece que será la única buena noticia para la comarca, en materia de comunicaciones, en una buena temporada.

Por si esto fuera poco, el futuro de la segunda calzada de este tramo también es una incógnita -para los más escépticos una utopía-, después que hace dos años el Gobierno socialista decidiese anular el contrato con las constructoras encargadas de la ejecución.

La imagen de la Autovía del Suroccidente es, a día de hoy, el retrato del abandono y de la incertidumbre. Y no hay visos de que la infraestructura se abra camino, al menos a corto plazo.