Gedrez (Cangas del Narcea)

Pocas veces un homenaje será tan merecido. Casi doce meses se han necesitado para que, una vez asumido el golpe, la familia del bolo vaqueiro reconociera como se merece la figura de José María Collar, uno de los socios fundadores de la Asociación de Bolo Vaqueiro, fallecido en noviembre del pasado año, quien, desde la creación del colectivo, hace más de una década, contribuyó de manera decisiva al milagro de la recuperación de una modalidad que parecía abocada a la extinción.

Más de un centenar de amantes de los bolos y a la vez grandes amigos del homenajeado acudieron a los actos celebrados el pasado día 14 en la bolera de Gedrez, en Cangas del Narcea, construida por José María Collar en su propia casa y en la cual tiene su sede la peña «Josber».

Como no podía ser de otra manera, la figura de Collar se recordó jugando a los bolos. Para ello se organizó un torneo conmemorativo en el que tomaron parte 55 jugadores y resultó ganador, curiosamente, Álvaro Collar, hijo del homenajeado y actual campeón de Asturias, quien demostró su buen hacer en la cancha en la que su padre le transmitió toda su sabiduría, corroborando el refrán de que, de tal palo, tal astilla.

Emulando a su progenitor, que en su juventud fue un gran campeón del bolo vaqueiro, Álvaro Collar cuajó una actuación espectacular en la que sumó 529 bolos, superando claramente a Juanjo, de la peña «Cerredo», que hizo 448 tantos. Raúl («Laciana») y Tino («Cerredo») completaron el cuadro de honor al empatar a 437 bolos en la tercera plaza.

Una vez finalizada la competición, cuyo inicio estaba previsto por la tarde, aunque tuvo que adelantarse a la mañana ante el elevado número de participantes, se dio paso a una entrega de premios y una ronda de discursos que emocionó a todos los presentes.

El propio Collar recibió el título de campeón de manos de Agustín, el compañero más veterano de la peña «Josber», que era amigo íntimo de su padre y que apenas pudo contener las lágrimas al hacer entrega del trofeo al hijo de la persona con la que tanto tiempo pasó jugando a los bolos hasta su desaparición hace casi un año.

Sin embargo, los momentos que quizás más pusieron los pelos de punta fueron los protagonizados por la viuda de José María Collar y también gran promotora de los bolos, Berta de la Mata, quien dedicó unas palabras de recuerdo y agradecimiento a todos los presentes antes de desplazarse a una fuente situada junto a la bolera, donde se inauguró una placa en memoria de José María. «¡Hablando de Bolos! Gracias por tus sueños que tantos compartimos», reza una inscripción con la que tanto la peña «Josber» como la propia Asociación de Bolo Vaqueiro quisieron subrayar el empeño con el que Collar y otros colaboradores lograron sacar a flote una especialidad bolística cuya recuperación ya parecía una utopía.

La Asociación de Bolo Vaqueiro y la peña «Josber» quisieron dar perdurabilidad al homenaje a través de la entrega de una placa conmemorativa a la viuda de José María Collar y a sus hijos, Álvaro y Guillermo, este último también gran jugador de bolos, pero que, debido a las lesiones, lleva tiempo apartado de las canchas, por lo que no pudo jugar en el torneo del homenaje.

Los tres coincidieron al manifestar su agradecimiento a los 55 jugadores y los más de 60 representantes de otras peñas que se acercaron a Gedrez y confesaron su emoción al evocar al cabeza de familia. «Mi hermano, mi madre y yo queremos agradecer su asistencia a todo el mundo, así como al resto que colaboró porque fue un día muy especial para nosotros y que no olvidaremos», manifestó el joven Álvaro.