Limés (Cangas del Narcea),

Pepe RODRÍGUEZ

María Álvarez Fernández, «María la de Fonceca», no fue ayer a trabajar a su puesto de venta de avellanas, chucherías varias y recuerdos en el santuario del Acebo. Eso, en sí mismo, es noticia, pues es algo que no suele suceder. Pero el motivo de María para no acudir al trabajo, a sus 82 años, tenía que ver precisamente con su abnegado esfuerzo. El trabajo, el espíritu y el ejemplo de esta canguesa le valió para ser considerada la Abuela Campesina del año, galardón que otorga la Asociación de Mujeres Campesinas de Asturias (AMCA), y cuya entrega y posterior celebración impidió a María ir hasta el Acebo.

María ha sido premiada porque es considerada como una de las primeras mujeres emprendedores de la comarca, de la zona rural, cuando ni siquiera ella misma sabía que era eso de ser emprendedora. Y su ánimo: «Pienso seguir yendo a trabajar hasta que pueda. Mientras pueda subir andando, cada día estaré en el Acebo».

Álvarez se quedó sin padre en la Guerra Civil y enviudó a los 21 años con un bebé recien nacido. Volvió a casarse y volvió a enviudar. Todos esos avatares la empujaron a coger la vida por los cuernos y se dedicó a ir vendiendo avellanas por todos los pueblos del Suroccidente: «Hasta Ibias llegamos a ir, y tengo que decir que siempre se portó conmigo muy bien todo el mundo, jóvenes y viejos. Dicen que la juventud no es educada, pero conmigo lo ha sido todo el mundo».

Cuenta María que se echó al negocio al principio por puro instinto de supervivencia: «No sabía ni contar los cuartos porque yo no había ido a ninguna escuela. Fui aprendiendo poco a poco, y trabajando para sacar la vida adelante».

La homenajeada no daba crédito de que hubiese ayer en las celebraciones unas 350 personas acompañándola: «Nunca pensé que me pasaría algo así, que a mí me tocaría algo de esto. Estoy muy emocionada».

Amén de su familia, amigos, y socias de la AMCA, que fueron quienes la votaron, a María la acompañaron la consejera de Agroganadería, María Jesús Álvarez; la directora del Instituto Asturiano de la Mujer, Carmen Sanjurjo, y el alcalde de Cangas del Narcea, José Luis Fontaniella.

María Jesús Álvarez glosó la figura de María y la puso como ejemplo de la importancia de las mujeres en el mundo rural: «Las mujeres siempre han sido las grandes protagonistas, y las grandes olvidadas, del mundo rural. Eran ellas las que hacían el trabajo de sostener las casas, las familias y también el trabajo en las fincas. Cada vez son más las que son conscientes de su verdadera valía».