Bimeda (Cangas del Narcea),

Pepe RODRÍGUEZ

Eran las tres y media de la madrugada cuando los perros de caza de Gonzalo Aumente, vecino de Bimeda (Cangas del Narcea), comenzaron a ladrar de manera frenética. «Chispo» y «Selva» se pusieron como locos y acabaron despertando a medio pueblo. Aumente, que había estado de viaje durante todo el día y estaba cansado, juró en arameo por el comportamiento de sus cánidos, que no pararon de hacer ruido hasta pasadas las seis de la madrugada. Casi sin descansar, Gonzalo Aumente se levantó a ver qué era lo que tenía tan excitados a sus animales y en seguida vio el motivo de la alarma: en el camino de Bimeda había numerosas huellas frescas de oso, señal inequívoca de que un plantígrado había pasado la noche por los alrededores.

«Es increíble que estén a 50 metros del pueblo, increíble. Hay huellas por todo el camino. Se puede ver que vinieron al lado del rio y que se fueron por el camino que sube al monte», señala Gonzalo Aumente, quien habla del visitante en plural porque aprecia dos tipos de huellas. Aumente, un experto cazador, presidente de la Asociación de Cazadores del coto de caza del Narcea, deduce que se trataba, posiblemente, de una osa que suele andar por la zona todas las primaveras y que iba acompañada por alguna cría, pues en el camino se ven huellas de dos tamaños.

El suceso alertó a los vecinos. Algunos ya han expresado su temor a andar durante la noche por el pueblo. «Hay algunos chavales que me lo han dicho, sí. Hombre, no es cuestión de alarmar a nadie, pero también es cierto que no se pueden bajar las precauciones porque, al estar tan cerca del pueblo, no podemos descartar que suceda algún encuentro complicado alguna vez, y eso sí sería muy peligroso».

La cercanía de los osos a Bimeda, así como a otros pueblos del concejo (y de otras zonas del Suroccidente), está siendo cada vez mayor, en consonancia con el aumento y la expansión geográfica de la población osera. Son varios los vecinos que han alertado de que esta situación puede convertirse en un serio problema en un futuro cercano, pues «si alguna vez pasa algo, será un jaleo muy gordo. Yo ya se lo he advertido a la Fundación Oso Pardo», subraya Aumente.

Bimeda está situado en plena zona de paso de osos. Tradicionalmente, los animales de la zona de Trasmonte usaban ese camino para bajar hasta el río y pasar por las montañas hacia la zona de Carballo y, quizás, hasta Somiedo, por lo que los más viejos de la aldea recuerdan haber visto osos toda la vida, si bien es cierto que nunca tan cerca de las casas.

La visita de los osos a Bimeda se saldó sin incidentes y sin destrozos. Ni las colmenas ni ningún cercado del núcleo rural sufrieron daños de ningún tipo, al menos los más cercanos a las casas. Sin embargo, en los pueblos del Suroccidente, y de Cangas del Narcea en particular, sigue extendiéndose la idea de que los osos están demasiado cerca de la población y de que es necesario tomar medidas para evitar que, en un futuro cercano, ocurra alguna desgracia.