La charca de Busto, cercana al faro de la localidad valdesana, ha sido recuperada para las aves. El Principado ha restaurado el humedal y ha instalado un observatorio para fomentar la visita de los aficionados a la ornitología. Este espacio costero siempre ha sido un importante lugar de paso de aves migratorias, pero el humedal se secó y las especies acuáticas dejaron de detenerse aquí. Los expertos creen que los aprovechamientos de la tierra y las concentraciones parcelarias están detrás de la falta de agua en esta zona, que se encuentra a unos 60 metros sobre el nivel del mar y se nutre de agua de lluvia. El proyecto de restauración dirigido por Antonio Alba, de la Dirección General de Recursos Naturales del Principado, ha incluido la instalación de una lámina impermeable en el fondo de la charca que favorece el embalsamiento y la permanencia del agua.

Las obras empezaron el pasado mes de noviembre. El temporal de lluvias de los últimos meses ha favorecido el llenado de la charla, según apuntan los expertos. La empresa encargada de la ejecución del proyecto actuó sobre 1.200 hectáras de terreno. Se limpió la zona y se excavó para instalar la capa impermeable y las tuberías que aprovechan las aguas de escorrentía.

La recuperación de la charca de Busto añade valor ecológico y atractivo turístico a un espacio integrado en la Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) y en el Área de Importancia para las Aves (IBA) Cabo Busto-Luanco.

El director del proyecto, Antonio Alba, destaca que en el Occidente ya se ha desarollado otro proyecto similar, en Penarronda. En el propio cabo Busto se actuó también hace algunos años, cuando se instalaron dos observatorios que ahora se han retirado. La intención del Principado era colocar de nuevo dos casetas, pero, finalmente, se decidió instalar solo una, que permitirá observar a las aves sin asustarlas. También se ha creado una senda que rodea parcialmente la charca.

La riqueza ornitológica se completa con la de la fauna de anfibios, que incluye al tritón jaspeado y a la ranita de San Antonio.

La asociación de vecinos de Busto recibe «con gusto» la obra. Su presidente, José Alejo, entiende que este proyecto beneficia los intereses de un pueblo de costa cada vez más turístico. La senda costera y el faro (el único de Asturias que sigue habitado por un farero) son otros de los atractivos del enclave rural.

El Ayuntamiento de Valdés tratará de potenciar este espacio como destino de turismo ornitológico.