Luarca (Valdés),

A. SERRANO

Para ser socorrista se necesita algo más que saber nadar muy bien. Sergio Cantora Díaz, profesor del curso de socorristas de espacios acuáticos, de 420 horas de duración, que por primera vez se imparte en Asturias, asegura que para hacer este trabajo «hay que ser serio y tener psicología». En los últimos años, la profesión del socorrista no se ha desvirtuado, pero lucha contra el handicap de ser un oficio «estacional» (sólo se demandan profesionales para espacios abiertos en verano) y muy atractivo para algunos jóvenes con poca preparación que pasan dos meses «de playa con sueldo». «No debemos perder la perspectiva, en las playas se juegan ellos (los socorristas) la vida y la de la persona que intentan rescatar», según Alfonso Delgado, director de Formación de Cruz Roja Asturias.

El curso trata de dar un plus a la formación convencional del socorrista. Está subvencionado por el Instituto de Empleo y Cruz Roja Asturias se encarga de su desarrollo. Los quince aspirantes a la certificación oficial recalaron el miércoles en Luarca para realizar las prácticas playeras después de visitar ríos y piscinas. En la capital de Valdés Cruz Roja tiene tres embarcaciones, el mayor número concentrado en un solo puerto asturiano. Con estas prácticas, los tutores llevan a los cursillistas a escenarios reales y simulan rescates con víctimas.

El mejor socorrista no es aquel que realiza más rescates, sino el que los previene. El curso de socorrismo acuático que se imparte desde abril y hasta el próximo 18 de julio en Asturias tiene como objetivo formar a los 15 jóvenes participantes en la vigilancia de playas, ríos y piscinas. Se trata de tener una preparación física, pero también teórica. Adrián Herrero, de Oviedo, 25 años, es uno de los cursillistas. Trabajó como socorrista varios veranos y realizó otros tantos cursos, «pero nunca aprendí tanto». Asegura que lo mejor del taller son las sesiones prácticas donde los tutores les hacen exponerse a los miedos. «Es muy interesante porque conoces el medio y empiezas a saber cómo defenderte». Alejando Torres, de 29 años y de Oviedo, es otro de los aspirante a la certificación oficial. También tiene experiencia como socorrista. Siempre le atrajo este mundo, pero las posibilidades de dedicarse profesionalmente a él en Asturias son reducidas. Su compañero Adrián Herrero considera que falta más legislación al respecto.