Carmen Muñiz conoce muy bien Cangas del Narcea y Muniellos. Aunque nacida en Oviedo, ella es canguesa, como su familia, y pasó su infancia en el pueblo, en el concejo. Desde muy pequeña le gustó pintar, algo que heredó de su madre, y su talento ha sido glosado por críticos tan eminentes como el ya fallecido Jesús Villa Pastur.

Carmen, conocida popularmente por «Carmenchín», está en su tierra presentando una exposición de su trabajo, centrado eminentemente en paisajes de bosque, con especial protagonismo del bosque de Muniellos. Se trata de 22 cuadros que se pueden contemplar en la sala de exposiciones del Ayuntamiento de Allande.

«La mayoría son cuadros de bosques, pero también he presentado dos novedades, dos paisajes marroquíes que he pintado en Tánger, los palacios de adobe», dice la artista.

En Tánger, donde ha vivido cuatro años recientemente y donde ha dejado, dice, parte de su corazón, ha seguido dando rienda suelta a la pasión de su vida y ha descubierto una cultura que le encanta, «sobre todo en su relación con la muerte, más digna y pura que la nuestra».

Carmen Muñiz ha llegado a exponer su trabajo en Barcelona, en el Centro Asturiano, en Madrid, en la estación de Atocha, en México, en Segovia, en Tánger y en la ciudad estadounidense de Miami, hace no muchos años.

Tras esta exposición de Pola de Allande, la pintora canguesa preparará uno de los trabajos que más le han emocionado en su vida: una exposición en la Casa de Cultura de Cangas del Narcea.

Esta Casa de Cultura tiene su sede en el palacio de Omaña, que perteneció, precisamente, a la familia de Carmen Muñiz.

«Allí nació mi abuelo, allí comencé a pintar, en la torre, y me acuerdo de que tiraba los cuadros que no me gustaban por la ventana», rememora.

La pintora explica que no ha entrado aún en el palacio desde que es Casa de Cultura. Lo hará para preparar la exposición, «y estoy segura de que lloraré», comenta.

Lsa muestra canguesa tendrá lugar, según lo previsto, a partir del 2 de diciembre. «Haré algo que será una bomba», anuncia.