Los vecinos de El Bao, un pequeño pueblo de Navia, miran sorprendidos las obras del tramo Otur-Villapedre de la autovía del Cantábrico (A-8). El viaducto de Barayo que pasa sobre el valle del mismo nombre avanza a ritmo vertiginoso. El pasado septiembre empezó a tomar forma este puente que evitará que el tráfico entre Galicia y Asturias circule por una carretera secundaria. Once meses después, poco queda para verlo terminado y es posible comprobar cómo se realiza el desdoble de la plataforma principal (para lograr el ancho necesario y cuatro carriles) al tiempo que se avanza para comunicar los extremos naviego y valdesano del tramo.

La plataforma por la reconstrucción de la N-634 en el Bao, casi sin actividad, y la asociación de vecinos «Santa Rita» de Otur han aplaudido en varias ocasiones el buen ritmo de las obras. El tramo podría estrenarse a finales de año. Esta apertura supondrá dejar con un tráfico mínimo la curva de El Bao, en Navia, y también la recta de Otur, en Valdés, ambos puntos en la N-634. En el segundo caso se trata de un tramo conflictivo porque absorbe todo el tráfico que circula por la zona y tiene a ambos lados numerosas entradas a los pueblos. La presidenta de la asociación «Santa Rita», María Asunción Iglesias, tiene claro que la apertura de Otur-Villapedre será «un hito» y supondrá un antes y un después.

En la plataforma por la recuperación de la N-634 en El Bao también es bienvenida la apertura del tramo, el único del occidente asturiano pendiente de construcción y el más retrasado. Manuel Pérez preside este colectivo desde su constitución, en 2010. Entonces, el colectivo pidió que se reconstruyera el tramo de la N-634 que se derrumbó por el temporal de lluvias de mayo de 2010 para evitar que todos los vehículos, incluidos los especiales, circularan por la carretera secundaria que atraviesa El Bao. No se logró la inversión y, tres años después, al margen de polémicas y de criterios políticos y técnicos, la plataforma sólo quiere ver finalizado el tramo Otur-Villapedre.

La A-8 estará completa a su paso por el Occidente a finales de año si se cumple la previsión del gobierno. El ttramo de Transcantábrica que une Vistalegre (Valdés) y Polavieja (Navia), de 9,3 kilómetros, tuvo una larga tramitación. Los vecinos de Otur rechazaron en 1999 el primer proyecto porque dividía en dos el pueblo y pasaba cerca de la costa. Entonces, el ministro responsable era el asturiano Francisco Álvarez-Cascos. Las obras se pararon al ganar un juicio la cooperativa «La Oturense». Esta situación obligó a replantear el proyecto. El tramo pasa ahora más cerca de la montaña, más al sur. El pasado mayo, el delegado del gobierno en Asturias, Gabino de Lorenzo, aseguró que las obras marchaban a «buen ritmo» y avanzó que su inauguración sería antes de 2014. Muy pronto los vecinos de Valdés y de Navia conocerán una fecha que cambiará sus vidas.