"Somos capaces de diagnosticar con rigor la enfermedad que tiene Vegadeo y en tres o cuatro meses tendremos listo el tratamiento", dijo ayer el presidente de la Confederación Hidrográfica del Cantábrico (CHC), Ramón Maqueda, en la presentación del primer estudio integral -el segundo de este tipo que se elabora en Asturias tras el de Arriondas- que analiza en detalle los problemas de inundaciones que padece periódicamente la localidad. Maqueda indicó que los principales puntos negros de la localidad, además de los ríos Suarón y Monjardín, son el saneamiento de la localidad y el puente de Renfe que atraviesa los cauces fluviales impidiendo su correcto desagüe.

El puente de Renfe, una infraestructura que hasta ahora no se había vinculado directamente al efecto de las crecidas en la localidad, produce, según los técnicos de la Confederación, una "sobreelevación del río" que puede oscilar entre el medio metro y los sesenta centímetros. En este caso la solución podría venir de la mano de la eliminación de algunos de los pilares que obstaculizan la salida del agua en dirección al mar, aunque la CHC se reserva las soluciones para un segundo informe que se presentará en unos cuatro meses. En dicho documento, los técnicos aportarán las soluciones para la localidad. No obstante, la ejecución de las obras pertinentes no tiene de momento fecha ya que, precisó Maqueda, requiere estudiar a fondo el asunto junto al resto de administraciones implicadas.

Pero el diagnóstico de las inundaciones de la villa no sólo señala al puente como único culpable, sino que también hace hincapié en el saneamiento de la villa. En este sentido la regidora veigueña, Begoña Calleja, que calificó el trabajo de la CHC como paso importante para Vegadeo, explicó que en materia de saneamiento son dos los problemas: "Por un lado el que está hecho no se hizo bien y está deteriorado y por otro lado, tenemos una parte de Vegadeo sin saneamiento. Es algo que llevamos tiempo reclamando".

Al respecto de los ríos, Maqueda señaló como principal punto a intervenir el Monjardín que presenta "una urbanización un poco descontrolada alrededor y necesita un tratamiento especial". El Suarón es el cuarto punto negro aunque a mayor distancia que los tres anteriores, gracias a las obras ejecutadas hasta la fecha: "Los otros tres temas quizás tengan más importancia que el Suarón, que ya tiene un tratamiento, aunque haya que hacer alguna obra especial".

La exposición se realizó ayer en Vegadeo ante la atenta mirada de decenas de personas, preocupadas por las crecidas que sufren en carne propia. Maqueda, que estuvo acompañado por el director técnico de la Confederación, Manuel Fernández, y el Comisario de Aguas, Juan Miguel Llanos, destacó además la importancia de presentar este documento ligado a la tramitación del Plan General de Ordenación pues "la inundaciones tienen repercusiones en el urbanismo".

Preguntado por la gravedad de la situación veigueña, el presidente de la Confederación hizo hincapié en el principal inconveniente de la localidad y es que es "un núcleo que está colocado muy por debajo de la línea de la pleamar y es un problema que no es fácil pero tiene solución".

Los veigueños están acostumbrados a convivir con las periódicas riadas, cuyas consecuencias suelen hacerse notar en la capital veigueña por estar atravesada por los ríos Suarón y Monjardín y afectada por el efecto de las mareas de la ría del Eo. A lo largo de los años se han ido adoptando medidas para mermar el impacto de las aguas. La más efectiva fue la canalización del Suarón en pleno centro de Vegadeo, actuación que la Confederación Hidrográfica acometió en el año 2003. En el año 2009 y tras la riada de noviembre de 2008 se hizo lo propio en la localidad de Piantón que sufrió directamente la crecida del Suarón.

La última riada de importancia que se registró en Vegadeo fue la de junio del año 2010. Fue especialmente desastrosa por cuanto sucedió con la capital veigueña preparada para celebrar su feria de muestras y porque provocó el fallecimiento de un matrimonio en el núcleo de Vega de Villar.