Las obras para instalar el sistema de riego en el tejo de Salas empezarán la próxima semana. Esa es la previsión de los técnicos encargados de dar una solución a la sequía del árbol, un problema que ha llegado a amenazar su vida y cuya solución será financiada por el Principado. El proyecto espera estos días por la autorización del Arzobispado, que debe dar el permiso final al estar el ejemplar ubicado en el interior de un cementerio.

Las obras son muy esperadas en la villa de Salas. El sistema de riego programable salvará la vida de este árbol que tiene 800 años y no se encuentra en su mejor momento. Se utilizará en épocas de sequía y en verano, cuando el ejemplar, según los estudios, necesita un aporte hídrico.

El Centro Tecnológica Forestal y de la Madera (Cetemas), encargado de hacer el estudio sobre el estado del tejo, cree que el árbol no está enfermo, pero sí necesita "ayuda" en épocas secas. Las obras del muro del cementerio, que deterioraron su raíz, y las temperaturas de los últimos años (que dejaron una Asturias más seca), han afectado a la salud del ejemplar. La Fundación Valdés-Salas encargó el proyecto para estudiar la situación del tejo de San Martín y aportar una solución que se materializará antes de acabar el año. Cetemas dirigirá las obras. Según su director científico, Juan Majada, "todo está listo" para actuar. La idea es poder trabajar antes de las fiestas de Navidad. La instalación del sistema no es muy complicada. Se hará "en dos o tres días".

Si es o no una solución para la agonía del tejo de San Martín se conocerá a unos meses. En todo caso, la Fundación Valdés Salas ha clonado el ejemplar para poder conseguir una réplica exacta si el ejemplar no sobrevive.

El alcalde del concejo, Sergio Hidalgo, se muestra "satisfecho" con el proyecto y con las obras. El tejo de Salas es Monumento Natural desde 1995 "y tenemos interés en cuidarlo", añade Hidalgo. El árbol tiene 14 metros de altura, 15 de diámetro máximo de copa y 6,4 metros de perímetro y es un ejemplar muy visitado, tanto por vecinos como por turistas e interesados en el mundo de los tejos.

En 2011 los vecinos que visitaron el cementerio dieron la primera voz de alarma, al encontrar el tejo con un aspecto diferente. El Ayuntamiento comprobó el estado del ejemplar y la Fundación Valdés-Salas se implicó en el problema.