Noelia Bueno es una mujer extraordinaria. No se trata de un adjetivo regalado: ha recibido el premio extraordinario de doctorado de la Universidad de Oviedo por su tesis "La identidad individual en el pensamiento de Hannah Arendt: de la acción política a la narrativa biográfica". Pero a ese hecho hay que sumar que esta eminente filósofa es de Tineo y estudió en los colegios y el instituto de la villa, lo que demuestra, una vez más, que desde el mundo rural se puede aspirar a las más altas cotas de la educación. Y del mundo profesional, pues actualmente trabaja en el ámbito de la Bioética en la Universidad de Gotinga (Alemania), y en marzo se incorporará como profesora ayudante de Ética y Filosofía política en la Universidad de Innsbruck (Austria).

Bueno estudió en los dos colegios públicos de Tineo (El Pascón y Verdeamor), y en el instituto que lleva el nombre del concejo. "Recuerdo que votamos su nombre cuando estudiaba allí", apunta.

"Siempre quise dedicarme a las Humanidades, y en Tineo tuve muy buenos profesores que me ofrecieron materiales, estímulos y recursos para ello. Recibí, al menos en buena medida, el tipo de educación con el que ahora me siento comprometida: una en la que se aprende a pensar en libertad porque se comparten las aulas tanto con profesores como con otros alumnos con diveros orígenes, puntos de vista, etc. Creo que la diversidad es un valor insustituible de la escuela pública", recalca la ahora profesora sobre la vigencia de la educación que recibió.

Noelia decidió estudiar filosofía porque tuvo la impresión de que "la filosofía me ensenaría a lidiar con las ideas en profundidad. Empecé la carrera en Oviedo pensando en dedicarme después al periodismo, pero la filosofía me lió de tal manera que ya no quise dejarla. Mientras tanto, estudié también inglés y alemán. Tuve dos becas que me permitieron pasar dos veranos en Alemania estudiando el idioma", cuenta para reflejar el esfuerzo que le ha llevado alcanzar su estatus.

"Al terminar la tesis me enfrenté a la cuestión de que si quería seguir dedicándome a la filosofía tenía que marcharme al extranjero. Coincidió con el ascenso de la crisis económica, así que opté por marcharme sin saber si podría volver, ni en qué condiciones" remarca, con unas palabras que seguro que hacen suyas muchos de los jóvenes emigrantes asturianos de la actualidad. Añade que "no fue fácil, y por el camino tuve que realizar renuncias personales, pero lo asumo todo como parte de la decisión tomada. Tanto marcharse como quedarse a tirar del carro implican valentía y renuncias", aunque eso no impide que siga teniendo el mismo sueño que tanta otra gente: "En el futuro me gustaría poder continuar mi carrera en España. Ahí siguen estando mi familia, mis amigos y mi casa. También me parece que lo justo sería que dejara en España los resultados de todo lo que el país ha invertido en mi formación".

El premio recibido, uno de los más altos galardones académicos a los que se puede aspirar, le ha llenado de alegría, "Este premio es un reconocimiento de la Universidad de Oviedo a algunas de las últimas tesis defendidas allí. Lo entiendo como un apoyo por parte de la universidad en la que estudié la licenciatura y el doctorado; para mí tiene ese valor".

La historia de Noelia Bueno es un espejo en el que pueden mirarse los jóvenes estudiantes que hoy lo son en el mundo rural.

"Un amigo y colega camerunés me dijo hace poco que un africano, para conseguir profesionalmente la mitad que un europeo, tenía que esforzarse el doble. Cuando se procede de la periferia hace falta un plus de esfuerzo, aunque la periferia en Europa no es siquiera comparable a la periferia en África. Sin embargo, la perspectiva periférica lleva a menudo unida una vacuna contra la autocomplacencia, y el esfuerzo da solidez a los resultados. A los estudiantes de las zonas rurales les diría que confíen en su formación", subraya Bueno, y concluye: "Aunque el sistema educativo es mejorable, en los colegios y los institutos públicos hay unos profesionales excelentes".