Nos dicen, nos cuentan que se prepara un proyecto de ley para las bibliotecas asturianas. Bienvenido sea.
Dicho esto, ¿será esta ocasión la definitiva? La pregunta ni es redundante ni carece de sentido. Los bibliotecarios asturianos llevamos más de veinte años esperando por esa ley de bibliotecas.
Hubo amagos, borradores, proyectos... Hubo de todo menos esa ley. Nunca nadie llegó a explicarnos cuál era el motivo de que aquellos borradores quedasen postergados en los cajones. Probablemente no tenían que darnos cuenta de nada, nos decían: "Estamos en ello y en breve saldrá", pero nunca llegaba a ver la luz.
Seguimos siendo la única comunidad autónoma que no dispone de esta legislación. Es una ley que podríamos definir como blanca, sin aparentes problemas para que los grupos parlamentarios lleguen a un acuerdo y legislen sobre un servicio público que cubre toda la geografía asturiana.
Las grandes inversiones en estas infraestructuras están operativas desde hace años. En la década de los ochenta y principios de los noventa del siglo pasado se realizaron importantes inversiones en bibliotecas y casas de cultura. Se informatizó el sistema. Se pusieron los puntales de una magnífica red bibliotecaria y poco a poco se fue dejando languidecer.
Las dotaciones económicas para la red de bibliotecas públicas han ido a menos año tras año. O bien se recortaba presupuesto o se mantenía el de años anteriores, lo que es lo mismo que disminuirlo, dados los incrementos de los costes en adquisiciones.
Mientras eso pasaba, a los bibliotecarios siempre nos quedaba la ilusión de que se aprobase la ley. Para nosotros era, es, un gesto de respeto hacia el servicio público más democrático que existe en nuestra sociedad. Es más, me atrevo a decir que sería un gesto de amor hacia los libros y lo que ellos representan.
Pues nada, nuestro gozo en un pozo. Han pasado los años y hemos visto varias intentonas que no han cuajado, ahora nos hablan de otra más. El tiempo nos dirá si vuelve a quedarse en algún cajón esperando mejores tiempos.
Los bibliotecarios asturianos queremos una ley de bibliotecas y con ella una asignación presupuestaria adecuada a la labor que cumplen estos servicios públicos en una democracia.
¿Esperaremos en balde otra vez más?
