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"Sin dinero parece que no eres nadie"

Alumnos de Vegadeo y de Navia se enfrentan a casos reales de problemas de salud con el objetivo de aplicar el concepto de ética y de formarse en valores

Por la izquierda, Esther Infanzón, Salomé Fernández y Gilberto Cernuda, ayer, durante su exposición. A. M. Serrano

Tapia de Casariego, A. M. SERRANO

El dinero es muy importante para la sociedad. Tanto que con él incluso se pueden conseguir órganos. Si crear un mercado con ellos es algo ético o no, es otro asunto. "Pero lo que está claro es que sin dinero parece que no eres nadie". Es una reflexión de una alumna de Navia, Esther Infanzón, planteada ayer en las primeras Jornadas de bioética organizadas por los insitutos de Navia y de Vegadeo, en colaboración con el hospital comarcal de Jarrio. Dentro del debate, la alumna naviega no perdió la ocasión de hacer hincapié en el mercantilismo que invade nuestra sociedad, en la que todo puede comprarse, incluso la vida. Su aportación hizo pensar al auditorio tapiego, donde ayer se trató de que los alumnos aplicaran la ética al ámbito médico y de la salud, preguntándose: ¿es bueno o no hacer esto? y ¿es moral?

Durante la exposición sobre la venta clandestina de órganos, los alumnos concluyeron que la legislación española sanciona el tráfico ilegal, que es preferible no comercializar con lo que es, al fin y al cabo, la vida y que los trasplantes deben dirigirse "a quien más los necesite" al margen de su poder adquisitivo. "Pero eso de que todos somos iguales y de que gana el que lo necesita es mentira. Hoy, con dinero, compras hasta la Justicia", añadió Esther Infanzón. Sus intervenciones fueron muy aplaudidas.

Estas jornadas son pioneras en el Occidente y pretenden que los alumnos juzguen la realidad desde el punto de vista ético. Se busca "formar en valores para ser una sociedad más democrática", en palabras de la gerente del hospital comarcal de Jarrio, Amalia Franco. Y también hacer de los centros educativos "lugares abiertos donde analizar problemas", como indicó el profesor de Filosofía veigueño Emilio García, también promotor de la iniciativa. Con los trabajos se pretende llegar a unas conclusiones, las más justas según la educación occidental. No siempre se consigue.

Al analizar un caso sobre ensayos clínicos en países del Tercer Mundo, los grupos participantes discreparon. El de Navia sostuvo que "el fin justifica los medios" y que si en esos países "hay menos esperanza de vida, mejor probar allí". El grupo de Vegadeo apostó por proteger a todos los países al margen de su desarrollo y haciendo uso de la legislación más avanzada.

El debate fue seguido por Marcelo Palacios, de la Sociedad Internacional de Bioética, quien cree que el poder para luchar por lo justo "está en manos del ciudadano".

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