En el cordal de Penouta, en Boal, hubo ayer una particular lección de historia. El arqueólogo de la Consejería de Cultura Ángel Villa se ocupó de supervisar al grupo de vecinos de Boal que tuvieron la misión de limpiar y recuperar la morfología de seis de los yacimientos tumulares de la zona. "Se trata de hacer reconocibles y recuperar el valor de unos monumentos que llevan aquí 6.000 años", explicó Villa, que aplaudió la iniciativa de los boaleses porque, a su juicio, conocer el patrimonio es la mejor forma de preservarlo.

"Cuando una de estas estructuras desaparece, también lo hace la información que atesora y que es absolutamente irrecuperable", explicó Villa, a quien Cultura envió a la zona para evitar que se registrase algún daño en estas estructuras del Neolítico. El especialista indicó que los túmulos, testimonio de la primera colonización de la zona, además de tumbas son monumentos que servían a las poblaciones de hace miles de años para señalar el territorio.

"De aquel tiempo no conocemos casi nada y por eso son especialmente importantes. El único testimonio y fuente de información es ese bulto y lo que hay debajo. Es material muy sensible", añadió. No en vano, los túmulos sellan el suelo original y permiten conservar intacta la huella de otra época. De ahí que Villa califique de "iniciativa maravillosa" la propuesta de los boaleses porque puede conseguir "despertar el interés por un tipo de yacimiento arqueológico que pasa desapercibido pese a ser muy frecuente". El interés es no solo vecinal sino de los investigadores pues hasta la fecha son muy pocas las estructuras de este tipo excavadas en Asturias.

El arqueólogo insistió en la abundancia de estos yacimientos, pero también en que muchos se han perdido, especialmente en la rasa costera y por la acción del hombre. Su conservación, incidió, está ligada al conocimiento de su existencia por parte de la administración y al aprecio de los vecinos: "Por eso esta iniciativa es un noticia esperanzadora porque es el principio del éxito en la conservación del patrimonio".

La idea partió del presidente de la peña bolística Llaviada, Alejandro López, y la asociación Forum Boal 3000 -que coordina al movimiento asociativo- no dudó en apoyarlo y difundir la idea. Una vez recibieron el visto bueno de Cultura se pusieron manos a la obra. "Es un patrimonio nuestro y por tanto los primeros interesados en conservarlo debemos ser los vecinos", explicó López. Por su parte, la presidenta de Forum Boal 3000, Amparo Díaz, añadió que con esta actividad persiguen "sensibilizar sobre la importancia" que tienen estos yacimientos tumulares y darlos a conocer a vecinos y visitantes.

Los seis túmulos elegidos se encuentran en el entorno del área recreativa de Pena Queimada y en una zona de fácil acceso para quien tenga interés en descubrir las singularidades de estos monumentos funerarios. En la operación de limpieza participaron alrededor de una veintena de vecinos. El trabajo consistió en retirar la maleza que recubre los monumentos para "intentar recuperar su protagonismo y llamativa morfología".