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Los luarqueses temen por el Museo del Calamar y piden una reparación urgente

El futuro del centro, único en el mundo, está sin aclarar casi un año después de ser destrozado por los temporales de mar

Los vecinos de Luarca están preocupados por el futuro del Museo del Calamar Gigante. Las instalaciones son una seña de identidad del concejo desde 2010, año de su inauguración. La entidad que gestionó el centro (la Coordinadora para el Estudio de las Especias Marinas, Cepesma) cifró en 23.000 las visitas anuales al centro. Pero el sueño duró poco. La capital de Valdés se quedó sin uno de sus buques insignia tras las grandes marejadas de febrero del año pasado, que destrozaron las plantas baja y primera del museo y la mayor parte del material que allí se exponía. Y así sigue desde hace un año. Ahora, se necesita una inversión millonaria para reconstruir el centro o trasladar a otro lugar lo que queda de esta colección de calamares gigante única en el mundo.

Desde el pasado febrero, ninguna administración ha hablado de un proyecto concreto para el museo luarqués. El presidente del Principado, Javier Fernández, visitó las instalaciones para comprobar los destrozos. También lo hicieron otros políticos de distintos signos (Foro, PP e IU). Pese a ello, el interés no derivó en una obra de urgencia. Ahora el alcalde, Simón Guardado, reconoce "avances". De hecho, antes de finalizar el año, el gobierno regional, siempre según el regidor, podría dar a conocer un proyecto para el museo..

"En Luarca nos hace mucha falta un centro de referencia", detalla el comerciante Domingo Fernández Cresto. La villa aspira a recuperar el museo porque eso supone "más visitas y más riqueza para las empresas de turismo". El cierre del centro se ha notado este verano en los beneficios de los comercios cercanos al centro de la villa y al puerto.

También en otro tipo de empresas dedicadas al turismo, como los hoteles. "La gente siempre pregunta. Los calamares gigantes generan mucho interés y son visita obligada", detalla Raquel Rodríguez, dependienta en una tienda del centro de Luarca. Los vecinos consultados se muestran preocupados por la posible desaparición del museo, porque eso supone "generar menos ingresos en un mal momento", añade Raquel Rodríguez.

Ángel Fernández también cree que Luarca "debe luchar" por este centro dedicado a los cefalópodos y el mundo marino. "Es algo más en lo que se invirtió y que se debería conservar", dice. Jubilado, asegura que "la capital de Valdés tiene que velar por sus intereses y un edificio en ruinas en el muelle nuevo no pinta nada". Para José Rodríguez, también jubilado, "el museo debe reconstruirse". Eso sí, "con las garantías necesarias" para evitar nuevos destrozos de futuras marejadas. Precisamente este es el asunto que preocupa al gerente de la Cepesma, Luis Laria.

"La obra será costosa porque necesitamos una protección para el edificio, no sólo reconstruirlo", indica. El museo se levantó anexo a los almacenes de los pescadores, cerca del mar. Según el fundador de la Cepesma, la inversión tal vez necesite de dos anualidades. "No tendríamos museo hasta 2018", añade Laria.

Para el presidente de la Cofradía de San Timoteo, Antonio Álvarez ("Tono"), "Luarca necesita atractivos". En los últimos años la villa perdió visitantes en favor de otras. Las fiestas de San Timoteo "atraen a mucha gente, pero en unas fechas concretas, por eso necesitamos más cosas, todos los que puedan venir y resultar de interés para el visitante", subraya "Tono". Desde la oposición, creen "muy necesaria" la recuperación del museo. El PP, a instancias del grupo de Valdés, formuló una pregunta en el parlamento asturiano sobre el futuro del centro que abrió sus puertas en 2010. De momento, no hay contestación por parte del gobierno de regional. También el portavoz de Foro Asturias en Valdés, José Modesto Vallejo, se ha interesado por esta construcción, hoy casi en ruinas y a merced no sólo de las marejadas, también de los vándalos. Luis Laria denunció robos en las instalaciones y también destrozos. Además, el estado del edificio "no es la mejor imagen para Luarca", como dice el presidente de la asociación de turismo Valdés-Luarca, Evelio Sánchez. "Siempre decimos lo mismo, que esta asociación pide lo mejor para la capital del concejo y para el municipio y no tener el museo abierto no es la mejor idea", indica Sánchez.

Para poder abrir las puertas del centro -que hasta febrero albergó la colección de calamares gigantes más importante del mundo por el número de ejemplares y su estado de conservación- fueron necesarios casi dos millones de euros. Un dinero público que ahora está enterrado. "No es tan desatinado hablar de la desaparición del museo porque la obra es muy costosa", detalla Luis Laria. En el gobierno de Valdés apuestan por esperar. La reconstrucción del museo es el único destrozo de Valdés con origen en las marejadas y sin resolver.

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