Realzar los valores de los municipios de montaña y reivindicar políticas específicas para su desarrollo, tales como frenar el envejecimiento y la despoblación de los pueblos y conseguir servicios públicos con la misma calidad que en las zonas urbanas, son los objetivos que se ha marcado la Asociación Española de Municipios de Montaña, reunida hasta mañana en Pola de Somiedo. A la apertura de las jornadas, ayer, acudió el presidente del Principado de Asturias, Javier Fernández, quien exigió al Gobierno central que asuma la necesidad de conceder un tratamiento especial a los territorios de montaña, tal y como dicta la Constitución.

"Nosotros no hablamos de territorios vírgenes ni inhóspitos, sino de zonas habitadas que quieren seguir teniendo latido humano, que no se resignan al abandono", sostuvo Fernández. Además, el líder autonómico tildó de "ocasión perdida" para los espacios de montaña la Política Agraria Común: "Defendemos que el reparto de las ayudas directas a la producción tenga en cuenta la singularidad de las explotaciones, las peculiaridades de comarcas donde resulta más difícil producir y, sobre todo, competir".

La intervención del presidente del colectivo nacional, Francés Boya, compartió esa misma filosofía. Boya anunció que su intención es "mover montañas de indiferencia respecto a nuestras problemáticas". A su juicio, el principal reto al que se enfrentan estos municipios es el reconocimiento, por parte del Estado, de políticas hechas desde, por y para la montaña. Una búsqueda de alternativas para unos pueblos que "se están muriendo. El 80 por ciento del territorio está ocupado por un 20 por ciento de la población, es un problema de equilibro. ¿Cuánto cuesta gestionar un desierto?", interpeló al público.

A las jornadas, que presentó el alcalde de Somiedo, Belarmino Fernández, acudieron más de cien personas de zonas de montaña del país, como Pirineos, Sierra Morena, Galicia y Madrid, todos con el objetivo de buscar una alternativa de futuro a la montaña.