No siempre los médicos actúan como deberían. Al menos, así lo cree el doctor Guillermo García, ponente de una de las charlas que ayer se celebró en Navia con motivo del Encuentro regional de residentes de medicina y enfermería. El médico de familia de La Calzada (Gijón), de 53 años, es uno de los defensores del "No hacer", una política médica que apuesta por recetar sólo en casos necesarios y siempre que con esta receta se mejore la calidad de vida del paciente.

Este práctica se presentó ayer en Navia ante centenares de profesionales de la medicina. "No podemos alterar la vida de una persona muy mayor sólo por prevenir algo. Es preferible que en ese tramo de la vida, ya el último, busquemos que tenga calidad y que no vea alteradas en demasía sus rutinas por hacer que coma sin sal o tome medicamentos adictivos", indicó.

La política del "no hacer," entendida como no recetar, está poco extendida. Guillermo García asegura que incluso se "malgastan" recursos en hacer pruebas o comprar medicamentos que, a la larga y en función del paciente, "no sirven para mucho".

José Manuel Garzón, médico especialista en Medicina de Familia y Comunitaria de 38 años, también tiene la misma visión. Trabaja en Gijón. Según indica, "no hay medicinas para toda la vida". Es decir, que una persona que tenga hipertensión o colesterol no tiene que estar pendiente de una receta médica o de "la famosa pastillita", para siempre.

"Si ya no tienen efecto, no se deben recetar, el paciente puede seguir su vida normal, con una buena dieta y ejercicio", destaca. En mucho casos, son los pacientes los que buscan la "pastilla mágica" y estos médicos están convencidos de que algunas dolencias comunes no necesitan siempre que se actúe, casi mecánicamente, como se hizo hasta la fecha.