Se puede decir que Carmen Lopes estrenó la nacionalidad española a lo grande: el domingo votó por primera vez en su vida, horas antes de convertirse en la quinta concejala electa de los socialistas tapiegos. "La primera vez que voto y me voto a mí misma", bromea esta mujer, natural de Cabo Verde, que el pasado enero se convirtió en ciudadana española después de casi cuatro décadas residiendo en España.
"El voto es una cosa muy seria y la gente va como tiesa, pero yo no me sentí así", reconoce Carmen Lopes, que vivió la jornada electoral pendiente "de las emociones" y del cariño que recibió de sus vecinos. "Uno de mis mayores miedos al entrar en política era pensar que podría perder amigos y ganar enemigos. Me daba angustia el día después, que algún vecino me negara el saludo, pero no ha pasado y la verdad es que me siento bien", explica orgullosa de su nuevo papel como representante municipal.
Lopes tenía ocho meses cuando vino a España con sus padres, que llegaron al país con un permiso de trabajo. Tras vivir en Teruel y Zaragoza, finalmente recalaron en Figueras (Castropol), donde ella pasó su infancia. Por eso dice que se siente "pixota", aunque es un amor compartido con Tapia, el pueblo en el que reside con sus tres hijos desde hace seis años y donde el sábado 13 de junio tomará posesión de su acta de concejala en un día que será difícil de olvidar para esta mujer de 38 años.
Su objetivo era lograr la doble nacionalidad caboverdiana y española, de ahí que haya tardado tanto tiempo en convertirse en ciudadana española. Las trabas que recibió de su país de origen le hicieron rendirse y en 2013 pidió convertirse en ciudadana española, lo que ha conseguido ahora, dos años después. Cuando la portavoz socialista, Ana Vigón, le propuso incorporarse a la lista del PSOE de Tapia no se lo pensó dos veces. De hecho, la primera vez que usó su recién estrenado DNI fue para los trámites con la Junta Electoral. Cierto es que como extranjera residente en España pudo haber ejercido antes su derecho al voto en unas municipales, pero no lo quiso hacer hasta ser española con todas las de la ley: "No quería votar como extranjera porque yo soy española. Vine con ocho meses y no tengo constancia de ser de otra parte".
Se define como ama de casa y emprendedora, pues regenta en Tapia un taller de arreglos de costura, pero realmente es una auténtica buscavidas, con formación en el ámbito de la educación y apasionada del trabajo con niños. Luchadora y reivindicativa, sabe bien lo que es sacarse las castañas del fuego desde bien pequeña, pues trabaja desde los 16 años empeñada en "ser legal". Defiende la vida en los pueblos, donde jamás sintió rechazo alguno por el color de su piel: "La gente de pueblo te mira raro el primer día, el segundo viene a verte, al tercero te invita a su casa y al cuarto ya no te deja marcharte. De ahí que me guste vivir en los pueblos, porque cuando te abren la puerta es para siempre". Por eso, como concejala, se esforzará y aportará su granito de arena para lograr que Tapia sea un lugar mejor.
