El botín de los cacos, en la mayoría de los asaltos a los templos de la comarca, se componía de los fondos que se encontraban en los cepillos y en las arcas eclesiásticas, que no constituían cantidades importantes. Sin embargo, en un templo boalés se toparon con un tesoro que no dudaron en sustraer.

Ocurrió el pasado 17 de mayo, cuando los ahora detenidos cometieron un robo en una iglesia y una capilla de la localidad boalesa. De allí se llevaron una urna limosnero que data del siglo XVII, y cuyo valor económico, aparte del histórico, se estima en más de 3.600 euros.

Este tesoro local fue finalmente recuperado y puesto a salvo por la Guardia Civil de puesto de Boal. Los efectivos de la Benemérita hallaron el objeto en un monte próximo, en el entorno de Penouta. Tras identificarlo, la urna fue entregada de nuevo a su propietario.