El Campeonato mundial de bateo de oro que se está desarrollando desde el lunes en Navelgas, Tineo, además de competición tiene sitio para actividades más lúdicas. Así, en la noche del martes el "Navelgas Arena" vivió un momento mágico con la competición del bateo a la luz de las antorchas.
En total penumbra, con tan sólo la luz que desprendía el fuego de sus antorchas, más de un centenar de bateadores se enfrentaron a una complicada prueba en la que debían conseguir encontrar las pepitas de oro escondidas en los 20 kilos de arena que portaban sus cubos. La competición se desarrolló por parejas y cada uno de los componentes bateó su propio cubo, mientras el compañero le iluminaba con la antorcha.
El momento más complicado llegó cuando, una vez bateado todo el material, debían rescatar las pepitas de oro de la batea. "Con la luz de la antorcha no brilla el oro y es muy complicado verlas", aseguraba la bateadora Pilar Menéndez. Un inconveniente al que se suma el extremo cuidado que deben tener los competidores para no acercarse demasiado a la antorcha "puesto que hay que controlar los cambios de viento para no quemar al compañero", apunta Menéndez.
No obstante, esta prueba no es oficial y busca que los bateadores se relajen y disfruten de su deporte, sin presiones y de una manera original. "Fue una prueba muy bonita, con el encanto de la noche y de la luz del fuego, es un experiencia única", comenta la participante Marta Herreros, que como el resto de participantes encontró la mayor complicación a la hora de recoger las pepitas teniendo que soportar el calor de la antorcha próximo a la cara.
En la misma noche se celebraron las rondas clasificatorias y la propia final, en la que se quedaron con los tres primeros puestos el grupo finlandés "Stonebeach turset", el holandés "Bold & beautiful" y el de República Checa "Nocni Jezdci".
Otra de las pruebas que están fuera de la puntuación del Mundial es el Trofeo Pinchín. Esta curiosa parte de la competición, que también se desarrolla en parejas, se juega en varias rondas repartidas por el calendario de las clasificaciones, estando su final prevista para el viernes sobre las seis de la tarde.
La peculiaridad de este reto es que cada participante debe concursar utilizando tan sólo una mano. con una paella y compenetrándose con su pareja para verter el cubo de arena, batear y escoger las pepitas. "Es una prueba que genera muchas risas y sirve para que la gente se libere del estrés de la competición seria", explica el presidente de la asociación de bateadores "Barciaecus".
Ya dentro de las pruebas oficiales, los buscadores se tienen que enfrentar a la modalidad de bateo tradicional, donde se utilizan bateas de antaño, muy diferentes a las actuales.
