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"Las algas no son basura y no deben retirarse", advierten los ecologistas

Tapia, tras descartar su recogida, mueve las plantas a diario para que se las lleve el mar y para evitar que se pudran

Las algas pueden ser una molestia o una oportunidad. La llegada de grandes cantidades de plantas marinas a las costas del Occidente ha provocado numerosas quejas de los bañistas. Sin embargo, los expertos defienden la importancia de este tipo de episodios, que forman parte del discurrir natural y que son básicos para una saneada vida marina.

Fue la pasada semana cuando el grupo municipal de Izquierda Unida en Navia se hacía eco de las quejas de los bañistas en la playa de Frexulfe, donde una cantidad importante de algas se acumularon en las últimas fechas. "La falta de limpieza es notoria. Las moscas y los malos olores son los desagradables compañeros con los que tiene que convivir los bañistas", señalaron, en un comunicado, reclamando al Ayuntamiento que mantuviese las playas "en buenas condiciones". Al igual que IU, son numerosos los usuarios que piden que se retiren este tipo de materiales.

Ante estas reacciones por la aparición de algas, el grupo ecologista Salternavia señala que "su presencia es un elemento del ecosistema costero y no basura, aunque mucha gente lo vea como tal y presione a sus ayuntamientos para que se retire de la arena". El colectivo explica además que se trata de fenómenos causados por el azote ocasional de grandes oleajes, "que suelen favorecer, en la mayoría de los casos el saneado de las poblaciones de macroalgas y plantas marinas".

Los conservacionistas lamentan, al mismo tiempo, que las quejas de los usuarios lleven a los consistorios a la retirada y transporte a vertederos "utilizando métodos mecánicos no selectivos que pueden generar alteraciones en la dinámica sedimentaria del litoral. Es por ello que Salternavia propone a las instituciones llevar a cabo un plan de recogida efectivo y "un posible aprovechamiento industrial", lo que podría generar productos agroecológicos de gran calidad.

Luis Laria, presidente de la Coordinadora para el estudio y la protección de las especies marinas (Cepesma), ve "absurdo" considerar a las algas un contaminante en las playas. "Las algas son elementos naturales que sustentan la vida en el mar", subraya. Considera, por contra, que son "un elemento extraordinario de salud: si nos bañásemos en ellas, tendríamos muy buenas condiciones dérmicas e incluso respiratorias. Creo que es soez que nos disguste tener algas en las playas". Él propone mover las algas hacia un lado, haciendo que la marea se las lleve de forma natural.

En Tapia llevan algo más de dos semanas luchando contra las algas que se acumulan en las playas urbanas de El Murallón y A Ribeiría. El gobierno tapiego descartó en un primer momento su extracción terrestre y opta por trabajar a pie de playa ayudando a las corrientes a que hagan su trabajo y las devuelvan mar adentro.

El regidor tapiego, Enrique Fernández, explica que pese al trabajo constante que esto supone, están logrando su objetivo y se ha reducido notablemente la cantidad de algas acumuladas tras la última marejada de principios de mes. Entiende las quejas de los bañistas y las molestias que las algas puedan ocasionar, pero incide en la importancia de conservar esta flora por lo que supone de alimento para las especies marinas.

"Cuando las algas se quedan aisladas sin actuar se pudren, pero nosotros estamos permanentemente trabajando y moviéndolas. Las arrastramos con la pala para propiciar que se las lleve el mar y así no llegan a pudrir", precisa el alcalde tapiego.

Los empleados municipales aprovechan la bajamar para acceder con las palas y mover las algas. También colaboran en este quehacer los operarios de Cogersa dedicados a la limpieza de las playas. De hecho, ayer a primera hora de la mañana estuvieron trabajando en las dos playas afectadas, que son las dos más urbanas del concejo.

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