Antonia Iglesias no puede estar más contenta de que los caños de la fuente tapiega del Pilón o Fonte Nova vuelvan a manar agua. La histórica estructura forma parte del día a día de esta vecina, que desde hace alrededor de setenta años reside frente a la fuente. "De toda la vida se venía aquí a por agua, antes no había otra y la usábamos para todo", resume, satisfecha por la obra que ha acometido el Ayuntamiento.
El gobierno local respondió a la queja de los vecinos y también de la oposición del PSOE que el pasado julio presentó una moción lamentando el estado de la fuente, que llevaba tiempo sin echar agua. No ha sido posible recuperar el manantial original, que se ubica en la plaza de Campogrande y que debió de quedar obstruido en algún punto del trayecto, así que el consistorio ha optado por conectar la fuente a la traída general.
Aprovechando esta actuación el gobierno local decidió realizar trabajos de acondicionamiento en toda la fuente. En este sentido se recuperó uno de los dos caños, que se había desprendido, se pintó el interior de la fuente de color azul y se restauró la luminaria que la corona y que está conformada por tres faroles. Ahora solo resta dotarla de luz, algo que se hará próximamente, según precisa el Alcalde de Tapia, Enrique Fernández, que está satisfecho con este "lavado de cara" que se ha dado a la fuente.
La fuente es motivo de conversación estos días de los tapiegos, no en vano el Pilón es un elemento patrimonial muy querido por los vecinos de la villa. Data del siglo XIX y durante años, antes de que el agua potable llegara a las casas, dio de beber a generaciones de vecinos.
Además, se trata de una infraestructura muy céntrica ubicada en la zona de acceso al puerto. Valentín López también recordaba ayer el papel clave que tuvo la fuente para los de su generación: "Toda la vida la recuerdo con agua, se usaba para todo, menos para afeitarse; no servía porque era muy salitrosa".
