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Tapia muestra todo su arte pesquero

Tres marineros enseñan a hacer aparejos de forma manual con el fin de reconocer "el trabajo de los abuelos"

José Rodríguez, tejiendo la red; y Miguel Maseda, "entrallando" para hacer aparejos de pesca. a. m. serrano

Diego García no quiere olvidar lo que hacían sus antepasados, aquellos marineros de Tapia de Casariego que durante horas se esmeraban con sus manos para fabricar aparejos de pesca. "Era la única forma de pescar y sobrevivir", dice. Ayer mostró ese trabajo en la feria Campomar que la localidad tapiega dedica al sector primario.

Diego García, de 30 años, empezó a hacer cestas para capturar preferiblemente bogavantes hace seis años. No hace por encargo las llamadas por el gremio "nasas de la langosta" porque no quiere poner precio a algo "tan especial". En Tapia creen que este joven es una de las pocas personas de la costa norte de España que saber hacer el escogido aparejo. Tarda cuatro horas en componer la cesta que se echa al mar con la intención de capturar los codiciados bogavantes. "Ahora todos los aparejos se compran a la gran industria", dice resignado Diego García. "Pero yo prefiero recordar lo de antes, hacer algo para no olvidar a nuestros abuelos", añade.

Este aparejo se hace con madera de eucalipto cortada en formas circulares; puntas y mucha maña. Para poder trabajar con más facilidad, Diego García, marinero de oficio, tiene su propio mostrador (donde une las maderas gracias a las puntas) y un martillo de carpintero. "Sólo hace falta tener voluntad y tiempo".

Eso es precisamente lo que tiene José Rodríguez, marinero y confitero jubilado de Tapia de 90 años, que confecciona redes de pesca. Ayer, con la aguja y la cuerda, mostró en directo cómo se fabrica el aparejo. "Es una pena que nadie sepa hacer esto", explica. En su caso, puede presumir no sólo se ser proveedor de material para embarcaciones pesqueras, también de haber hecho las redes de las porterías del campo de fútbol tapiego. La anchura de la malla depende de un trozo de madera, "que uno puede hacer a su antojo". Para continuar el trabajo, se necesitaría "copiar mucho" de las rederas de antaño de Tapia. Y en la familia de José Rodríguez no faltaron las mujeres que durante mañanas y tardes hacían estos aparejos 100% caseros.

Fernando Pérez fue uno de los espectadores que siguieron el taller dedicado a la pesca de antes sin perder detalle. Para este tapiego, "es un privilegio que exista gente en Tapia preocupada por estas cosas; por el pasado".

La feria continúa hoy con una actividad dedicada al campo. Habrá concurso de productos de la huerta a mediodía. En el certamen participan además 120 expositores que llenan el centro de Tapia de color. No faltan de agroalimentación ni de artesanía.

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