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Bustiello, unido por el agua

Más de cuarenta familias del concejo de Cudillero disfrutan de un nuevo depósito gracias a la aportación y el esfuerzo vecinales

Parte de las viandas con las que se celebró la inauguración del depósito. A la derecha, Blanca Garrido. G. GARCÍA

Armayor y Bustiello no volverán a pasar sed. La unión de los vecinos de estas dos localidades del concejo de Cudillero ha levantado un nuevo depósito de agua, que abastecerá a un total de 43 viviendas. Las restricciones y los cortes, tan comunes hasta ahora durante los veranos, han pasado a la historia. Y todo sin apoyo de las administraciones, sólo con aportaciones y esfuerzo de los particulares, que ayer celebraron por todo lo alto la inauguración de la nueva instalación.

Son 60.000 litros los que el nuevo depósito puede albergar, suficientes para olvidarse de los problemas del pasado. "Teníamos un depósito en ruinas, con grietas y escapes. Ahora hemos construido otro y logramos un manantial nuevo que nos surtirá de agua", explica Blanca Garrido, la presidenta de la comunidad de usuarios que crearon para realizar todas las gestiones. Cada vecino implicado desembolsó 600 euros, y además ayudó en los diferentes trámites. La decisión de actuar la tomaron el verano pasado, cuando sufrían una de las peores crisis del agua que recuerdan. El Ayuntamiento de Cudillero les prestó una excavadora.

No es la primera vez que en estas localidades se unen para resolver una necesidad. El anterior depósito, que databa de 1963, y la traída fueron ejecutados por los propios vecinos. Claudio Campo recuerda que tuvo que aportar 7.000 pesetas y trabajar 12 días y medio en la obra. "Se hizo todo a mano, era un trabajo muy duro", asegura. Ahora reconoce sentirse "muy orgulloso porque, si no es para mí, es para los vecinos y para la familia que viene detrás".

Blanca Garrido también se siente "muy satisfecha" por lo logrado: "En los tiempos que corren es muy difícil poner de acuerdo a dos pueblos y que todos hagan una aportación económica así", señala. Explica que el trabajo no se queda aquí, puesto que la instalación requiere un mantenimiento que también deben asumir. Esperan cristalizar esta unión vecinal en una asociación que luche por los intereses de las localidades.

Los vecinos esperan que la celebración de ayer suponga, además, la vuelta de las fiestas de La Milagrosa, que hasta el año 1967 se celebraban cada primer domingo de septiembre.

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