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Los ídolos están de Vuelta en Luarca

Los aficionados llenan Villar en la salida de la etapa para lograr una foto o un autógrafo de los ciclistas, entre los que el asturiano Dani Navarro fue de los más aplaudidos

Alén Touza, en Villar de Luarca, ayer, esperando para ver a sus ídolos de la bicicleta. A. M. SERRANO

Ayer no fue un día cualquiera para Villar de Luarca. La gente se agolpó a las diez y media de la mañana en esta zona tranquila, donde no son habituales los atascos, las zonas valladas ni tampoco los ciclistas. "¿Pero dónde los podemos encontrar?", preguntaban muchos en un intento de ver a sus ídolos de la Vuelva a España, cuya etapa partió ayer del barrio luarqués.

Los deportistas no llegarían hasta más tarde. Algunos pasaron rápidos para firmar su participación en la carrera y otros lo hicieron cuando faltaban apenas unos minutos para empezar la 16.ª etapa, que salió de Luarca en medio de una expectación que pocas veces ha visto la villa. "No podíamos dejar de venir, es una cita deportiva, sana y a mi hijo le encanta esto del ciclismo", confesó la tapiega Laura Touza poco antes de que se diera el pistoletazo de salida. Su hijo Alén Touza Gómez fue el que alentó a sus padres para viaja hasta Luarca.

"Vinimos temprano para coger sitio y ver si puedo a Domenico Pozzovivo", explicó el niño, de 9 años. Como esta familia, muchas que estaban de vacaciones encontraron ayer por la mañana en Luarca una actividad de ocio. Fue el caso de la Consuelo Pérez, Paco Sojo y su hija María Sojo. De Gijón, madrugaron para poder llegar a la zona de salida. No faltaron fotos para el recuerdo ni tampoco aplausos y ánimos para los ciclistas. "Si te gusta este deporte, ver esto a menos de una hora de casa es una oportunidad", indicó Paco Sojo. La familia gijonesa conocía ya Luarca de una cita similar: la llegada de una etapa en la Vuelta de 2007. "Es algo para ver; dura poco y disfrutas", señaló Consuelo Pérez.

El ambiente fue festivo duró más de dos horas. No faltaron los patrocinadores con sus carpas ofreciendo productos y alternativas de ocio, ni tampoco la música ni el locutor que informó en todo momento del desarrollo de las firmas. Fueron pocos los que pudieron acceder a los ciclistas con el fin de llevarse un autógrafo o una foto. Fuertes medidas de seguridad vigilaron el desarrollo de un acontecimiento "que deja marcado a Luarca", dijo el luarqués Jorge Quintana. Su turno de trabajo (de noches) permitió a este vecino de Valdés acudir a la cita deportiva con su hijo Hugo Quintana, de seis años, y su esposa, Yolanda Campo. "Si tienes algo así cerca y estas libre, no lo piensas, además el tiempo acompaña", dijo Yolanda Campo.

El sol no dejó de lucir en toda la mañana. Contra lo que esperaban algunos norteños como Juanjo Pérez, de Navia, hizo calor. Los organizadores incluso repartieron bebidas refrescantes entre los asistentes. Tampoco faltaron los gorros ni las camisetas ni las mochilas con publicidad. Incluso algún policía nacional se atrevió a hacer propaganda del cuerpo en medio de tanto festín: "¿No te gusta la Policía?", preguntaron a algunos de los más pequeños.

Otros aplaudieron al ciclista asturiano Dani Navarro cuando se dirigía al control de firmas. "Hoy estás en casa", dijo el locutor. Poco faltaba entonces para la salida. La gente empezó a agolparse en el tramo donde dos pilares anunciaban que Luarca era villa de salida. Javier y Abraham Rodríguez, de Querúas, estuvieron atentos a los movimientos de los ciclistas. "Lo que más me gusta es ver cómo manejan la bici", dijo Abraham. La organización sugirió entonces guardar un minuto de silencio por las víctimas del rally de La Coruña y por los últimos cicloturistas fallecidos en accidente. Y después, la Vuelta dejó Luarca.

Más información en la página 50

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