Varias mudas, una cámara de fotos, un bastón que ejerce de "tercera pierna" y unos versos de Machado acompañan a Alberto Polledo, librero jubilado, escritor y colaborador de LA NUEVA ESPAÑA, en su peregrinación a Santiago de Compostela. Es la tercera vez que Polledo camina por la ruta jacobea, un itinerario que "atrapa" y que permite al viajero "paladear la naturaleza y encontrarse con uno mismo".
Polledo, que aprovecha este viaje por el Camino del Norte para preparar su tercer libro sobre la ruta a Santiago, aconseja realizar la peregrinación en solitario y dormir en albergues para lograr integrarse en el Camino. El exlibrero inició su senda en la catedral de Oviedo y tras cinco etapas dejó Asturias por la ría del Eo y lo hizo como los antiguos peregrinos: atravesando la ría en barco.
El presidente del club de vela de Castropol y amigo de Polledo, Antonino Esteban Quintana, ejercíó de barquero para pasar al peregrino hasta la villa lucense de Ribadeo. Lo hizo a bordo del bote de vela "A Ribadía" -construido en el año 2000 en el astillero castropolense de Los Pachos- y luchando contra un fuerte viento del Noroeste.
A ojos de Polledo, el itinerario asturiano aprueba con buena nota porque está "bien señalizado y cuidado", aunque lamenta la "indigencia mental" de los dirigentes que permiten que joyas del patrimonio como el monasterio de Cornellana permanezcan sin restaurar. "En cualquier país avanzado estarían rehabilitados", sentencia.
Le quedan diez etapas por delante para llegar a Santiago y sentir de nuevo esa sensación mezcla de tristeza, por terminar la ruta, y de felicidad, tras el sacrificio para poder llegar a la ansiada meta.
