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Cudillero reforzará la norma de limpieza para tener "espacios públicos salubres"

"Lo que hay es poco y está mal hecho, necesitamos ir más allá", explica la teniente de alcalde, Verónica Pardo, sobre la ordenanza actual

Una maceta de la plaza de La Marina con restos de papeles. A. M. SERRANO

El gobierno de Cudillero (PP) estudia cambiar la ordenanza sobre limpieza viaria y recogida de residuos sólidos. Según la teniente de alcalde, Verónica Pardo, la norma no es suficiente y no garantiza "espacios públicos con salubridad". "Lo que tenemos es poco y diría que está hasta mal hecho, por eso necesitamos ir un poco más allá", indica. La ordenanza fue aprobada el pasado abril y redactada por la gestora socialista que dejó el poder el pasado junio. Tiene 40 artículos y prevé multas de entre 200 y 3.000 euros por incumplimientos.

El nuevo gobierno está especialmente volcado en la limpieza de las zonas públicas de la villa y los entornos rurales, y parece que desea la colaboración ciudadana y una nueva norma menos permisiva para mantener estos lugares en buen estado.

En los últimos meses ha diseñado un plan especial para poder llegar "a todos los sitios donde sea necesario". Ahora, ante la falta de personal de limpieza para atender todas las necesidades diarias, el gobierno recuerda las obligaciones del ciudadano. A través de un bando, el Alcalde ruega atender la normativa actualmente en vigor y "mantener la calles limpias y las terrazas de hostelería libres de restos de tabaco y de desperdicios". También hay un ruego para los propietarios de las mascotas, con el fin de que siempre recojan los excrementos de los animales.

La ordenanza municipal contiene prohibiciones que, si no fallan las previsiones del gobierno, podrán ampliarse o penalizarse con multas más elevadas para que Cudillero "tenga mejor imagen, más sana", según la teniente de alcalde. Hoy por hoy, no está permitido arrojar a la vía pública desperdicios o residuos; lavar o limpiar vehículos; manipular o seleccionar desechos o residuos sólidos urbanos produciendo su dispersión, dificultando su recogida o alterando sus envases; sacudir prendas o alfombras en la vía pública o sobre la misma desde ventanas, balcones o terrazas (salvo de 7 a 10 de la mañana), ni arrojar a la vía pública aguas sucias procedentes de operaciones de limpieza de edificios o locales, entre otras. Este articulado muchas veces se incumple.

En la capital pixueta es habitual ver restos de basura en la calle, especialmente lejos del centro. Abundan las colillas, incluso cerca de papeleras, en el paseo que va de la zona del aparcamiento a la plaza de La Marina, y también los excrementos de animales. En la zona rural, se mantiene la advertencia de limpiar las fincas lindantes con zonas públicas.

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