"Es muy triste ver que muchas veces los niños no juegan a lo que a ellos realmente les gusta, sino a lo que quieren sus padres". La preocupación de Enrique Lorenzo Dafonte, licenciado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, es compartida por muchos profesionales del sector. La salud en los más pequeños pasa, necesariamente, por la promoción de un estilo de vida activo, que evite el sedentarismo, y que se combine con una alimentación sana y variada. Saber elegir el deporte o el ejercicio apropiados para el menor es una tarea en la que, señalan los expertos, se debe tener en consideración la opinión del propio niño.
"Antes de apuntar a nuestro hijo a algún deporte, es necesario escucharlo. Que sea él quien decida lo que quiere hacer porque la motivación y el disfrute son básicos para crear y fijar hábitos saludables desde edades tempranas", apunta Lorenzo, quien aconseja hablar con el profesor de Educación Física y, en la medida de lo posible, asegurarse de la titulación del entrenador o monitor.
Más que a la cantidad de horas practicando deporte, este preparador físico y profesor en el instituto de Cangas del Narcea da prioridad a "la calidad del tiempo" que se dedica a la actividad física. "No es lo mismo que estén una hora corriendo sin tocar balón a que estén una hora realizando acciones técnicas y tácticas específicas del deporte en cuestión, porque ni la actitud, ni la motivación, ni el esfuerzo serán los mismos", explica, al tiempo que subraya la importancia de "crear hábitos y estilos de vida activos".
Sobre el tipo de deporte más beneficioso para el menor, Enrique Lorenzo sostiene que cualquier actividad puede ser saludable si se ajustan correctamente el tipo de ejercicios, el volumen y la intensidad de los mismos al sujeto al que van dirigidos, en este caso los niños. "Hoy en día está muy extendida la idea de que los beneficios derivados del ejercicio físico se producen simplemente por la práctica de cualquier actividad, y nada más lejos de la realidad", advierte. Alerta, además, sobre lo negativo que resulta que, en el deporte base, prime "la victoria sobre el esfuerzo, la individualidad sobre el compañerismo, la agresividad sobre el compañerismo o la presión sobre el disfrute", alejando así la idea de deporte como disfrute y dando pie a que el niño abandone la práctica deportiva. Por ello recomienda ver el deporte en estas edades "como un elemento educativo, lúdico y formativo de primer orden, no como un simple pasatiempo, ya que el niño, cuando juega, aprende".
"Es indispensable planificar e ir quemando etapas sin prisa, optimizando el desarrollo integral del niño y haciendo especial hincapié en las fases sensibles que se dan durante estas edades", remarca Enrique Lorenzo.
Los adultos también deben tener precauciones a la hora de retomar el deporte si se ha parado durante el verano. "No estaría de más realizar una revisión médica o, por lo menos, cumplimentar un cuestionario de aptitud física", incide el preparador, que aconseja, además, "realizar una planificación individualizada, racional, realista y, si es dirigida por un profesional del deporte, mucho mejor". También recomienda ser constantes y "no realizar auténticos disparates, como el de la operación bikini. Los milagros y los atajos que nos pretenden vender no existen", sentencia.
