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Tineo ahonda en sus raíces argentinas

Una familia tinetense con origen en Grandas de Salime logra encontrar a los descendientes de sus parientes emigrados a Buenos Aires en 1918

El pasaporte de Clemente Braña, de 1918. A. M. SERRANO

Mari Braña, de Tineo, cumplió anteayer el sueño de su vida. Logró ver y compartir momentos con un representante de su familia "perdida" en Argentina. El deseo de esta mujer de 60 años, que lleva desde los 18 pensando en sus antepasados, se concretó gracias a una conocida red social.

Mari Braña procede de una familia de Nogueirou, en Grandas de Salime. Su abuela, Herminia Braña, siempre le contó que sus padres, Clemente Braña y María del Carmen Álvarez, dejaron el pueblo con sus otros seis hijos en busca de un mejor destino en Argentina en 1918. Herminia, que entonces tenía sólo seis años, se quedó con sus abuelos. "Siempre me entristeció pensar en su situación; tal vez eso me motivó para buscar a la otra familia", dice emocionada Braña, quien, con 4 años, abandonó a sus padres en Grandas para instalarse en Tineo.

La madre de Herminia volvió en busca de sus hijos, pero cuando regresó a Asturias cayó enferma de tuberculosis. Apenas pudo disfrutar seis meses de las dos hijas que había dejado en Asturias y, por supuesto, no pudo volver a Buenos Aires ni tampoco ponerse en contacto con su marido ni con el resto de sus hijos. "Siempre pensé que me faltaba una parte, que tenía que encontrar a mi gente", dice, con lágrimas en los ojos, la protagonista de esta historia. Logró su objetivo en 2013, tras muchos intentos infructuosos: visitar la casa del pueblo grandalés (que no heredaron por falta de documentación) y contactar con medios de comunicación argentinos para buscar a los Braña de Buenos Aires.

"La abuela contaba su vida una y otra vez, era una vida dura, de mucho trabajo y muy triste", recuerda Mari Braña. En su mente siempre estuvo la familia de Argentina:es decir, los hermanos de su abuela. La rama americana de la familia también trabajó para buscar a sus parientes asturianos. En 1990, un primo carnal de Mari Braña, Carlos Braña, viajó a Grandas de Salime. No encontró sus raíces ni a gente de su familia. Buscó en los registros de la casa sacerdotal, pero sin éxito. Y abandonó. En 1997 volvió uno de sus hijos, Pablo Braña, e hizo el mismo recorrido. Encontró en Nogueirou a un vecino que tenía Braña de segundo apellido, "pero entonces pensaron que volvíamos a buscar tierras. Nos rendimos".

Mari Braña sí continuó la búsqueda. De los nueve primos criados en Asturias fue la única que nunca abandonó la idea de encontrar a su otra familia. El esperado momento llegó anteayer. Pablo Braña, de 49 años, primo segundo de Mari Braña, voló desde Buenos Aires a Madrid para encontrarse con su familia asturiana. En la estación de autobuses de Oviedo, Mari y Pablo Braña se dieron el abrazo de sus vidas. "Fue una sensación intensa; como si estuvieras abrazando a todos tus antepasados", confiesa María Braña. El próximo encuentro será en Buenos Aires.

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