Degaña despide esta tarde a uno de sus vecinos más carismáticos, Manuel Álvarez Sal, conocido por ser el danzante decano del tradicional baile con palos de Degaña, que después de medio siglo en el olvido fue recuperado este año por la asociación "Danza Degaña".
Manuel Álvarez Sal, ganadero y agricultor degañés, era un apasionado del baile. No sólo le gustaba la danza de Degaña, también se dejó conquistar por otros estilos, como el tango. En una entrevista, el pasado mes de agosto, en LA NUEVA ESPAÑA, el danzante de honor de Degaña lamentaba "la decadencia de la danza en general porque ahora la gente no baila".
Entre sus mejores recuerdos guardaba las actuaciones que hacían los danzantes degañeses en las fiestas de San Mateo de Oviedo, donde, durante más de dos horas, bailaban bajo una lluvia de confeti lanzada desde los balcones de los edificios. Por ello, su única pena fue el no poder hacer giras por otros países europeos mostrando su baile.
No obstante, a sus 86 años vio con alegría cómo sus vecinos, asociados bajo el nombre "Danza Degaña", recuperaban el baile para las fiestas de Santiago en la localidad, y aunque él no estuvo presente, le hicieron partícipe rindiéndole un homenaje en la residencia de ancianos en la que vivía desde hacía años, en Oviedo. "Queríamos traerlo a Degaña para el homenaje, pero él no quiso porque aseguraba que le daría mucha pena tener que volver a irse", explica Mario Ancares, miembro de la asociación.
Ancares recuerda que Manuel Álvarez era "una institución en el pueblo, una persona muy querida por su humanidad y su cercanía". Siempre vivió en Degaña con un hermano hasta que este cayó enfermo y tuvo que ser ingresado en una residencia de ancianos; en ese momento, Álvarez Sal decidió trasladarse con su hermano y ya no volvió a visitar su tierra.
Manuel Álvarez será enterrado hoy en Degaña, a las cuatro de la tarde; la capilla ardiente está situada en el tanatorio de Cerredo.
