Diez familias del núcleo de La Ronda, en Valdés, se oponen al proyecto de construcción de una estación de servicio cerca de la iglesia del mismo núcleo. Los vecinos han presentado diez alegaciones en las que recuerdan que el terreno, según el plan de ordenación urbana, es de interés agrícola y no de uso industrial y, por tanto, no ofrece la posibilidad de desarrollar este tipo de actividad.
Los críticos con la propuesta aseguran "hay otras alternativas" para ubicar la gasolinera lejos de la viviendas. Se trataría de la explanada que se encuentra justo al otro lado de la carretera nacional 634, en la que se ubica en la actualidad un restaurante y hotel y una empresa dedicada a la venta de materiales de construcción.
Las alegaciones no tienen de momento respuesta, si bien los vecinos de La Ronda han puesto el caso en manos de dos abogados con el fin de evitar por todos los medios la construcción de la estación. Los terrenos son de propiedad privada y será la Demarcación de Carreteras en Asturias, el organismo a través del que se expuso públicamente la solicitud de autorización, la encargada de decidir.
El Alcalde de Valdés, Simón Guardado, sólo confirma que existe el proyecto y que en las próximas semanas se reunirá con la arquitecta para decidir su postura, "que estará siempre dentro de la legalidad. Los servicios técnicos serán son los que tendrán que decidir", indicó. El regidor prefiere no hacer valoraciones "precipitadas" sobre la ubicación elegida, la cercanía a las viviendas o los condicionantes que podría contener el planeamiento urbano.
Los vecinos afectados, propietarios de las viviendas más cercanas al futuro complejo, también expresan su preocupación por el futuro acondicionamiento de un aparcamiento para camiones de mercancías peligrosas. "Ambas cosas son incompatibles", dice Rubén Pérez.
Uno de los abogados de los afectados se ha encargado de redactar nueve de las diez alegaciones, que tendrán contestación en menos de un mes, sin no fallan las previsiones de la administración.
La gasolinera se ubicaría, con todo, cerca de la iglesia de La Ronda y de la glorieta que da acceso desde la Autovía del Cantábrico a Luarca y Otur, y a pocos kilómetros de otra estación de servicio, la de Villuir.
La preocupación ha crecido especialmente en los últimos meses, pese a que el proyecto del empresario se conoce (aunque no avanzó) desde 2005, según portavoz vecinal, Rubén Pérez.
