Daniel López ha logrado condensar siglos de tradición gastronómica en apenas dos bocados. Lo llama "Textura de pote asturiano", y es el pincho con el que este cocinero participará, del 9 al 11 de noviembre, en el Certamen Nacional de Pinchos y Tapas de Valladolid. Su creación, que combina el saber hacer de toda la vida con las técnicas más avanzadas en los fogones, será uno de los cuatro platos asturianos dentro de concurso. Una cita a la que el chef acude "con mucha ilusión" y con ganas de dar a conocer la comarca occidental.
El pincho se basa en un pote asturiano, del que se extraen los elementos del compango. La morcilla se deshidrata y se une a la berza, hecha láminas. Se añade papada ibérica, confitada durante doce horas en el horno a baja temperatura, y se culmina con una yema de corral teñida con aceite de chorizo. El remate final, "para darle el toque de cocina de los pueblos", es una cúpula de cristal con la que se tapa el plato y en la que se introduce humo de leña de roble. "Cuando el cliente lo abre, le llega el olor de la cocina de leña de las aldeas", explica el creador. Todo ello se acompaña con un chupito de caldo del propio pote asturiano.
Daniel López cree que es esencial que un picho tenga "mucho sabor; en dos bocados tiene que recordarte algo, aquello para lo que está pensado, en este caso la cocina más tradicional asturiana", explica. El cocinero, que trabaja en el restaurante Blanco de Navia, tiene una sólida trayectoria en esto de las tapas: de su cocina han salido el pincho ganador en el concurso de Navia del pasado diciembre, la fabada finalista del concurso para elegir a la mejor del mundo y también uno de los pinchos que llegaron a la final del certamen asturiano en 2015.
El Ayuntamiento de Valladolid, en colaboración con la Asociación Provincial de Hostelería de Valladolid, convoca el noveno Concurso Nacional de Pinchos para el que ha sido selccionada la creación naviega. "Es ilusionante participar en un evento de estas características. Allí habrá cocineros muy buenos, y seguro que podremos dejar nuestra cocina en un buen lugar", señala Daniel López, que trabaja estos días mano a mano junto a su compañera Carmen Gutiérrez para que todo salga a pedir de boca.
