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Uva a buen recaudo en Cangas

Los productores de la denominación de origen protegida del vino recogen unos 121.500 kilos de fruto en una vendimia marcada por su alta calidad

Antón Chicote, ayer, remontando el vino en su bodega canguesa. D. ÁLVAREZ

El vino de Cangas ya está en la bodega en plena elaboración. Los bodegueros adscritos a la denominación de origen protegida (DOP) Cangas finalizaron hace una semana la vendimia y los caldos reposan en las cubas para pasar por sus distintos procesos de fermentación.

Tal y como hacía prever el buen tiempo que se registró durante la primavera y el verano, la vendimia de este año llegó con un adelanto de alrededor de una semana, lo que ha hecho que a estas alturas -mientras que en años anteriores muchos productores aún estaban recogiendo la variedad de carrasquín en sus viñedos- ya esté todo en bodega y los productores se esmeren en los trabajos de cuidado de los vinos.

El Consejo Regulador de la DOP aún está recibiendo y analizando los datos de la vendimia, no obstante, estima que se han recogido unos 121.500 kilos de uva, una cantidad que entra dentro de lo habitual en las cosechas canguesas. Del total de kilos recogidos, las uvas de variedades tintas han sido las más numerosas con unos 74.200 kilos, mientras que la cosecha de blancas se ha quedado en 47.300 kilos.

La calidad de la fruta recogida ha sido lo más destacado de los productores, contentos por haber llevado a bodega una uva sana, que ha podido esquivar las enfermedades que atacan a la vid gracias a las altas temperaturas y a la ausencia de precipitaciones.

"La uva de este año es de muy buena calidad, la mejor que hemos recogido en nuestros cuatros años", subraya Beatriz Pérez, de la bodega Vides y Vinos de Asturias (Vidas). Por eso espera que la producción de vino de este año sea excepcional. Además, recalca que la calidad viene marcada por la buena maduración de la fruta y su salud "que es lo más importante". Mientras que la cantidad se mantiene y Vidas espera sacar al mercado unas 20.000 botellas.

Otra de las características relevantes de la uva de esta cosecha es su concentración aromática. En la bodega Chacón Buelta aseguran que se han encontrado con unas frutas con una mayor gama de aromas, algo que valoran estos productores que buscan unos vinos diferentes.

La razón para obtener este matiz está de nuevo en la meteorología. "La ausencia de precipitaciones hace que aumente la concentración del aroma, que no se pierde como si la uva fuese lavada por la lluvia y permite jugar con el vino en bodega", comenta Víctor Chacón Buelta. En su caso, la bodega estima que se ha aumentado la producción entre un 35 y un 40 por ciento, lo que supondrá que al mercado salgan unas 12.000 botellas.

"Ojalá hubiera muchos años como este", desea Antonio Álvarez, más conocido como Antón Chicote. El pasado cuatro de octubre consiguió vendimiar toda su producción, que espera que se traduzca en un aumento de al menos 4.000 botellas más, con lo que llegaría a poner a la venta unas 14.000. Entre ellas estaría un vino que en los últimos dos años no ha podido sacar, el Penderuyos Selección, galardonado con dos medallas de oro a nivel nacional e internacional. Los análisis de sus caldos han revelado la buena calidad de la materia prima, ya que todos los parámetros "están equilibrados". Con orgullo, destaca la graduación alcohólica alcanzada en sus viñedos: "En el Penderuyos Selección llega a los 15 grados y en el resto está sobre los 14".

Más de 50.000 kilos de uva estiman haber recogido en otra de las bodegas DOP Monasterio de Corias. Su enólogo, Juan Manuel Redondo, hace hincapié en el buen año de cosecha, con un muy buen tiempo en las épocas clave para la viña y respetando la época de vendimia. Todo ello permitirá obtener unos vinos que "en blanco superen los 12 grados y en tintos esté entre los 12 y 14,5 grados".

Después de un mes dedicado a la vendimia, en las bodegas se vive ahora el trajín de dar cuerpo a los vinos con el trabajo de remontes y de descubado de los depósitos para acabar con las fermentaciones alcohólicas. Luego vendrá el prensado del magayo y se pasará al fermentado maloláctico. A partir de ahí, tocará esperar para hacer el ensamblaje de los diferentes vinos.

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