El compost es un abono natural creado a partir de los residuos generados en la huerta y el hogar. Reyes Menéndez, vecina de la localidad tinetense de Tuña, es una de las maestras compostadoras del Consorcio para la Gestión de Residuos Sólidos de Asturias (Cogersa), tras su participación, a principios de año, en la campaña de compostaje doméstico que promueve la organización. Desde entonces tiene en su jardín una compostadora, un contenedor especial, al que van a parar todo tipo de restos biodegradables.
"Me enteré de la campaña por una amiga y no dude en apuntarme porque ya hacía compost en casa en una caja creada con palés", explica Menéndez, que asegura que se trata de un abono más natural y ecológico que repercute en la hortaliza. "Es difícil sacar a la gente de lo tradicional, pero con el compost que hago consigo hortaliza de mayor tamaño y calidad y se dan mejor", explica.
Otra de las ventajas del compostaje doméstico es el poder deshacerse de los residuos que se generan en la huerta y en casa de una manera sencilla. "Antes con los restos de la huerta había que ir a tirarlos o quemarlos y ahora van a la compostadora desde ramas de la poda trituradas, hasta el corte del césped", comenta la mujer.
El uso de la compostadora es sencillo. Constantemente se pueden echar desperdicios en el contenedor, en el que se van fermentando. Cuando las primeras capas están convertidas en compost se pueden ir extrayendo mientras que las últimas continúan con el proceso sin verse alteradas.
Reyes Menéndez fue una de las colaboradoras de la última actividad promovida por Cogersa con motivo de la campaña de impulso al reciclaje en Tineo. Ejerció como maestra compostadora acercando a la gente al compostaje doméstico y asegura que "cada vez más personas están interesadas, cuando ven mi compostadora me preguntan cómo conseguirla" y ella no duda en recomendarlo porque "es un beneficio en todos los sentidos, aprovechas los deshechos y no gastas en abono".
La iniciativa del compostaje doméstico se inició en Asturias en el año 2009 y desde entonces participan en el proyecto unas 7.000 familias de toda la región, según datos de Cogersa.
