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Gera quiere mantener su feria

Los ganaderos piden más promoción para la cita ganadera tinetense, con ausencia de tratantes y sólo una veintena de reses

Gera quiere mantener su feria

Una veintena de reses se expuso ayer en la popular feria de los Santos de Gera, en Tineo. La cita ganadera, recuperada hace diez años por los vecinos de la localidad con el apoyo del Ayuntamiento tinetense, lucha por sobrevivir con la asistencia de ganaderos del concejo, que trasladan su ganado aunque con pocas perspectivas de venta.

"En esta feria se vende muy poco, hay poca alegría en el ambiente y la gente sólo viene a mirar, pero hay que estar para mantener la feria viva y continuar con la tradición", explica José Manuel Álvarez, de Fontalba, que tenía en el recinto varias novillas y el único semental de la feria a la venta. No obstante, ayer llegaron a cerrarse varios tratos entre particulares, uno de ellos muy comentado por haber alcanzado los 2.700 euros la venta de una novilla preñada de la ganadería Vitorio, de Tuña.

Los ganaderos acuden a esta feria con ganado de vida, es decir, pensado para convertirse en vacas nodrizas y sementales. Es el caso de José Luis González, de El Crucero, que tenía en el recinto ferial un cercado con cinco terneros para criar cuyos precios para los machos eran de unos 1.200 euros y para las hembras 800. El ganadero lamenta la poca asistencia de ganado, público y tratantes a una feria que asegura "que debería promocionarse más para que asistieran explotaciones de otros concejos y tratantes".

No en vano, los incondicionales de esta cita recuerdan cómo hace años se prolongaba durante dos días y las reses procedentes de distintas regiones del país llenaban varias fincas del pueblo.

Además, los ganaderos aprovecharon su encuentro para comentar la incertidumbre en el sector ante el anuncio realizado por la Organización Mundial de la Salud sobre los posibles efectos cancerígenos de la carne roja. Sus productores aseguran que los precios de la carne llevan a la baja mucho tiempo y que ahora podría notarse una bajada de consumo, pero sin mucha repercusión "porque desde la prehistoria el hombre consumió carne y aún no se ha extinguido, así que menos ahora, cuando la carne tiene un seguimiento continuo en las explotaciones y en los mataderos", apunta José Luis González.

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