La inspiración no tarda en llegar si la vista se posa en cualquier escenario de los Oscos. En cuanto el ojo selecciona el mejor encuadre, el pincel corre de acá para allá sin descanso. Antes de que el artista se dé cuenta, el lienzo ya comienza a reflejar la belleza del paisaje. Un espectáculo que actúa de imán para el medio centenar pintores que, llegados de todo el norte de España, participaron este fin de semana en el decimosexto certamen de pintura rápida de la comarca, el primero en que colaboraron los tres concejos, y que se terminó llevando el leonés Gonzalo Prieto Cordero.

Agilidad y buena mano es lo que se requiere en este concurso, que bien temprano, a las nueve, comienza a desperdigar caballetes, paletas y pinceles por todos los recovecos de los Oscos. Cualquier rincón puede esconder la imagen ganadora, la que cautive al jurado, por lo que es preceptivo acudir con tiempo y que el pulso no tiemble al ejecutar los trazos.

El monasterio de Santa María de Villanueva de Oscos, al que se le ha realizado recientemente un lavado de cara, captó la atención de muchos de los artistas. Su apariencia pétrea, unida al pequeño riachuelo que circula a su vera, fue lo que convenció al avilesino Juan Carlos Crespo de colocar su caballete frente al edificio. "Es mi primera vez. Es una zona que me gusta, y es una buena forma de pasar el día, que está muy guapo", explica, mientras comienza a esbozar su obra. "Sobre todo, me centro en el edificio, y en los reflejos en el agua", señala.

Al otro lado del monasterio, una zona de sombras es la elegida por Piedad Santamaría, que ha llegado desde Bilbao, para instalarse. Es una veterana del certamen, al que reconoce ser asidua. "Me gusta mucho la gente de aquí. Además, el día es muy bonito y el día este año se presenta espectacular. A ver si ahora tenemos suerte con lo que nos sale", bromea.

Un tercer artista se ha fijado en el edificio medieval, pero para retratar sus tripas. Es el también bilbaíno Julio Gómez, que trata de medir las proporciones de la construcción con una regla para plasmarlas en el lienzo. La limpieza interior del edificio, apunta, ayuda a la labor del pintor: "Lo han rehabilitado este año y voy a aprovechar para dibujarlo". Destaca, sobre todo, "la zona, la organización, que siempre nos trata muy bien, y los paisajes, muy otoñales, muy agradables para pintar". Su obra se llevó el segundo premio.

En la variedad está el gusto, y de eso los Oscos pueden presumir. No todas las obras se podían referir al monasterio, por eso el leonés Fernando Sánchez ha encontrado su paisaje a pocos kilómetros de allí. En concreto, en Santa Eufemia, a pocos metros del Ecomuseo del Pan. "Me llamó mucho la atención la composición de la iglesia, el hórreo, la paja, con las piedras. Muy típico de aquí. Me gustó el verde, los árboles, el cielo... todo", señala.

Sobre la comarca, Sánchez considera que es un lugar "precioso, ideal" para la pintura, porque "siempre encuentras cosas nuevas, esto es un mundo; presta mucho, y más con este día que tenemos", remata.

La iniciativa, que mantiene el nivel de participación de otros años, resultó un éxito. Por primera vez, los participantes pudieron elegir un paisaje de cualquiera de los tres concejos de los Oscos, gracias a la buena sintonía que mantienen en la comarca.

Además de Gonzalo Prieto como ganador en la categoría general, y Julio Gómez como segundo, se designó a Carlos Triañes, de Rianxo, como tercero. Los accésit fueron para Óscar Morán y Lolo Serantes, y el premio al mejor pintor local recayó en Jesús Alberto Díaz. En categoría juvenil destacó Daniel López, mientras que en la infantil el galardón se lo llevó Alba González.