Vehículos de distinta índole toman el polideportivo de Tineo y sus alrededores pasadas las diez de la mañana. El trasiego de ambulancias y equipos de Cruz Roja Asturias hace intuir que algo grave ha sucedido. No pasó nada real. Es que la organización realizó ayer en la villa tinetense un simulacro de catástrofe para comprobar la respuesta ante una emergencia con más de cien heridos.

El responsable, David del Valle, asegura con este ejercicios se ponen a prueba y se detectan fallos. Es una forma de estar al día y comprobar que Cruz Roja tiene el personal y los medios adecuados para ayudar a la administración pública en caso de catástrofe. Ayer, Cruz Roja no pensó en un atentado terrorista ni en una catástrofe natural para organizar el simulacro. "Nos imaginamos que nos llegan cien heridos y que tenemos que resolver la situación de la mejor manera posible", detalla Del Valle.

Un equipo controla desde la unidad móvil los desplazamientos de las ambulancias y otros vehículos adaptados. Otro monta un hospital de campaña con salas para heridos leves, graves y personas con el alta médica. Sobre el terreno, se escuchan gritos de las víctimas y órdenes y alguna sugerencia de los, por un día, compañeros de trabajo.

"Ante esta situación es importante mantener la calma", dice Laura Gómez, voluntaria con 13 años de experiencia. "También conocer al grupo de trabajo, porque facilita mucho las cosas". añade. Ayer esta joven atendió a personas que simularon traumatismos severos, lesiones leves e incluso infartados. Cerca del improvisado y pequeño hospital se levantó un albergue para los damnificados. Las 60 personas de Cruz Roja que participaron en el operativo pudieron atender a 100 personas de distintas edades y con muy diferentes circunstancias. Para ello, desplegaron camillas, repartieron comida y tuvieron atención especial para los niños.

Cruz Roja Asturias activó, además, por primera vez en Tineo un equipo especialista en juventud e infancia. Su cometido, según el coordinador Javier Amieva, es "distraer a la persona, pero siempre contar la verdad". El grupo se formó hace pocos meses con el fin de proteger a un colectivo muy vulnerable ante las catástrofes. En una sala, desplegaron todo su material: juegos para niños de distintas edades e incluidos dispositivos electrónicos para los más mayores.