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Martín de Villar: "La medicina popular es un trozo de historia de la comarca"

El fisioterapeuta franquino recoge en un libro los testimonios de 475 sanadores del Noroccidente para que su saber ancestral no se pierda

El curandero veigueño Inocencio Álvarez, "Carzana". REPRODUCCIÓN DE T. C.

"Curandeiros, compostores y outros sanadores" es el título del libro en el que el fisioterapeuta franquino Martín Pérez rescata buena parte de los conocimientos sobre medicina popular que se cobijan en el noroccidente asturiano. Seis años de investigación y más de 600 entrevistas dieron como resultado este libro escrito en gallego-asturiano en el que se recogen los remedios usados por 475 sanadores de la comarca y que, por encima de todo, busca salvaguardar una parte de la cultura comarcal.

Pérez, popularmente conocido como Martín de Villar, advierte en el particular "prospecto" que encabeza su trabajo que el libro "debe ser utilizado para que no se olvide un saber ancestral de siglos de antigüedad que corre peligro de perderse por el desuso y la falta de interés" pero, añade, "en ningún caso debe utilizarse como manual terapéutico con intención de automedicarse".

Pérez cuenta que se decidió a investigar en este campo por afición, pero deja claro que los procedimientos y remedios de antaño no tienen cabida en la medicina actual: "No se pueden sacar las cosas de contexto". En definitiva, añade, "no es medicina oficial, sino un trozo de historia de nuestra comarca que está escrito en la fala de aquí y con los términos lingüísticos que los entrevistados me dieron".

Este trozo de historia rescatado por afición por el franquino está teniendo un éxito inesperado, ya que la primera tirada de 600 ejemplares se agotó en diez días y la segunda, de 250 libros, se está vendiendo a buen ritmo. Entre los logros del trabajo también figura el haberse alzado con el premio "Fierro Botas" de ensayo que concede el Ayuntamiento de Gijón y que, por primera vez, premió una obra escrita en la lengua más occidental de Asturias.

Todo empezó en su consulta de fisioterapia. Mientras atendía a los pacientes de más edad, el franquino aprovechaba para interesarse por los rituales curativos usados antaño en la comarca. "Iban saliendo cosas curiosas y cada vez les preguntaba más, y cuanto más sabía yo, más les sacaba". Un buen día se dio cuenta de que se había convertido en "coleccionista de remedios", así que decidió dar un paso más y ponerlos por escrito. Pero, para llevar a buen puerto la tarea tuvo que recorrer a fondo el territorio, los diecisiete concejos que conforman el Noroccidente, e investigar mucho para dar con las raíces de buena parte de las recetas.

"Por ejemplo, recogí un remedio inédito para cortar las hemorragias que la primera vez que sale escrito es en la antigua Grecia, y de repente me lo encuentro en Villar de Miudes", dice, sorprendido por la honda raíz de buena parte de la medicina popular. Indica, además, que el Occidente es especialmente rico en esta sabiduría, en buena medida por el largo aislamiento que vivió. De hecho, cuanto más al interior se ubicaban los concejos, más abundaban los curanderos y más cantidad de soluciones encontró para casi todos los males.

"Curandeiros, compostores y outros sanadoros" recoge la vida de 475 personajes que vivieron entre mediados del siglo XIX y la actualidad y que, en una época en la que los médicos eran rara avis en la comarca, ayudaron a mitigar los males de sus vecinos. El más antiguo de los recogidos es el tapiego Agustín García, que nació en 1856, y los más actuales, la media docena de sanadores que aún vive en la zona, como el santirseño Francisco Bello, "Paco de Robaín", y el valdesano Eduardo García, "Eduardo de la cuesta".

A lo largo de las 495 páginas del libro se detallan sus técnicas y algunos de sus casos de más renombre, pero se obvian los fracasos pues el trabajo no "pretende legitimar aquellas prácticas", pero tampoco "desprestigiarlas desde el punto de vista de los conocimientos actuales".

Sin duda, señala Pérez, los más afamados en toda la zona fueron Amparo López, la "bruxa de Brañavara", y el compostor de huesos veigueño Inocencio Álvarez "Carzana", fallecido en 2008. A este último le dedica Pérez la portada de su libro y un buen puñado de páginas. La popularidad del veigueño, al que tuvo oportunidad de conocer y de ver trabajar, hizo que su nombre apareciese en la práctica totalidad de las entrevistas mantenidas para dar forma a su investigación, de ahí que haya contado con un sinfín de testimonios que narrar.

A buen seguro que Carzana protagonizá parte de la presentación del libro prevista para mañana en la Casa de Cultura de Vegadeo. El acto comenzará a la una de la tarde.

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