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Comer sano y barato en Navidad

Un taller enseña en Tapia a cocinar reduciendo las cantidades de ingredientes como azúcares y harinas, y fomenta el uso de verdura ecológica y de temporada

Comer sano y barato en Navidad

Preparar un postre navideño de chuparse los dedos sin azúcar refinado, harina, huevo, lácteos ni grasa es posible, y además, muy sano. Utilizando productos en crudo como calabacín o coco, un grupo de alumnos elaboran en Tapia una selección de trufas ideales para poner en la mesa sin olvidar la salud. Una nueva forma de trabajar en los fogones, de entender la comida y de hacer la compra es lo que han trabajado los 18 participantes en el curso de alimentación saludable y económica impulsado por el municipio tapiego.

"Tratamos de eliminar los principales ingredientes que generan inflamación: harinas, lácteos, huevo, sal y productos de proteína animal", explica el cocinero Alberto García, uno de los monitores. El taller enseña a dividir el plato en tres partes: un cuarto para proteína de origen vegetal (garbanzos, lentejas, alubias), otro para cereales integrales, y el resto, una mitad, para verdura. "A poder ser ecológica, de producción local y de temporada", incide el cocinero. Esta forma de comer no es más cara, apuntan sus defensores, aunque los productos ecológicos sean más caros en el mercado. "Si reduces el gasto superfluo en todo tipo de bollerías, de postres lácteos azucarados, de snacks, aperitivos, chocolatinas, si cambias dónde inviertes el dinero, sale incluso más barato", puntualiza Clara Pérez, enfermera y también monitora del curso. "Además, los productos ecológicos cunden mucho más y se estropean menos", añade García.

El mensaje va calando. Conchita Pérez, de Porcía, es una de las alumnas. Explica que ya ha comenzado a aplicar los cambios en su casa, por el desayuno. "Poco a poco iré cambiando, aunque cuesta porque estamos acostumbrados a otra forma de comer", explica. Alberto García señala que el cambio "es progresivo" pero cuando empieza, no tiene retorno: "Para el que empieza en el proceso y ve la mejoría en salud que supone, no hay marcha atrás". Al fin y al cabo, "somos lo que comemos", remata Pérez.

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