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"Si te duchas, hueles a tierra", denuncian en Soto de Luiña por la suciedad del agua

Los vecinos inician una campaña de recogida de firmas para protestar por la presencia de residuos de origen desconocido en el suministro

"Si te duchas, hueles a tierra", denuncian en Soto de Luiña por la suciedad del agua

La hotelera de Soto de Luiña María del Mar Pérez paga cada trimestre 45,47 euros por el suministro de agua potable a su hotel, pero no siempre puede ofrecer a sus clientes un vaso del grifo en condiciones o una ducha caliente y limpia. En los últimos meses, la cantidad de residuos que aparecen en el agua corriente trae de cabeza a toda la localidad. Los vecinos se han dirigido al Ayuntamiento de Cudillero, pero de momento no hay solución.

Soto de Luiña bebía agua del grifo "hace diez años, pero ahora ya nadie lo hace por una razón obvia", dice María del Mar Pérez mostrando el filtro de su casa. En él se acumulan residuos de color marrón y de origen desconocido. "Puede ser tierra, pero en realidad no lo sabemos. Según los análisis estamos en el límite de la potabilidad... Lo que ocurre es que con esto (dice mostrando el agua turbia), nadie se atreve".

Con las lluvias, el problema va a más. En los últimos días se han quejado numerosos vecinos. Soto de Luiña parece no tener agua potable. Sin embargo, ni el Ayuntamiento ni la empresa que gestiona el servicio (Asturagua) han emitido bandos o informes al respecto. Los vecinos tienen que comprar "obligatoriamente" agua embotellada y en las casas con niños pequeños, como es el caso de Beatriz López, los problemas se acentúan. "Si te duchas, hueles a tierra, así que optas por bañar al pequeño con agua embotellada", explica.

En el colegio también sufren por esta situación. La peor parte se la lleva el comedor. Allí se consumen 25 litros de agua embotellada sólo para que puedan comer los 92 escolares matriculados. A ello hay que sumar lo que se compra para preparar el menú diario. Las responsables de la cocina aseguran que se pierde mucho tiempo y que el trabajo "se vuelve tedioso". La directora del centro, María Alonso, critica el gasto en agua. "Tenemos que invertir dinero del colegio en comprar agua potable, cuando en realidad deberíamos poder consumir la que sale del grifo y dedicar esa partidas a otras necesidades", indica. Además, no todos los escolares, por edad, son conscientes del problema. Es decir, hay que controlarlo fuera del aula para evitar el consumo y reacciones adversas.

"Es un problema del siglo pasado", concluye Alonso, que ha llevado a los vecinos a iniciar una campaña de recogida de firmas.

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