Margarita Salas se emocionó ayer al inaugurar en Luarca el aula que lleva su nombre y donde se exhiben todos los premios que ha logrado a lo largo de su prolífica carrera científica. La investigadora de Canero considera que exponer en Valdés 150 galardones y diplomas "es un privilegio" y no pudo evitar la emoción cuando el edil de Cultura, Gumersindo Cuervo, le entregó una fotografía del viaducto del tren de Canero, "donde paseó mi madre justo el día antes de dar a luz a su hija, yo", añadió

La valdesana siempre dice sentirse en Luarca como en casa y por eso no falla a su cita anual con la Semana de la Ciencia que el Ayuntamiento dedicada a su maestro Severo Ochoa (1905-1993). Precisamente para su mentor y premio Nobel de Medicina en 1959, pidió Salas veladamente más reconocimientos. "Es una pena que Luarca no tenga todo lo que tenía que tener", indicó.

En la sala dedicada a la científica también se puede visionar un reportaje sobre sus trabajos y próximamente será posible ver la charla que ofreció ayer mismo en el Instituto Carmen y Severo Ochoa. Allí dijo que su carrera como investigadora no fue fácil en sus inicios por una razón: "Ser mujer". "Yo era la esposa del científico Eladio Viñuela, no la investigadora Margarita Salas", indicó. En una ponencia en la que invitó a reconocer a las mujeres "por su trabajo", dijo que no estaba a favor de la discriminación positiva, "pero tampoco de la negativa". "Hoy, en el ámbito de la investigación científica no aprecio diferencias, pero sí hay una desviación en los puestos altos", subrayó. Y para apoyar esta afirmación, aportó datos: "Las mujeres forman el 54% de la Universidad, pero sólo hay un 14% de cátedras femeninas".

Durante los actos de ayer, los ya exalumnos del instituto Carmen y Severo Ochoa Marta Asenjo Fernández y Hugo Pérez Botas recogieron los premios "Severo Ochoa" por ser los mejores expedientes del pasado curso. Para ellos y el resto de los alumnos del centro educativo Salas dejó un mensaje: "Mi máxima es trabajo, trabajo, trabajo. Para poder llegar al lugar que uno pueda hay que trabajar; sin trabajo, no se llega a nada".

La Semana de la Ciencia se cerró con una ofrenda floral en la tumba de Carmen y Severo Ochoa.