A las ocho de la mañana de ayer, una oveja deambulando sola por un camino a la entrada del pueblo de Olgo, en Cangas del Narcea, percató a sus dueños de que algo no iba bien. Al acercarse a ella descubrieron que estaba malherida y en el cuello presentaba profundas heridas de la mordedura de lobo. Cuando llegaron a la finca en la que su rebaño de 11 ovejas estaba desde hacía una semana, situada a menos de medio kilómetro de su casa, descubrieron a tres de sus animales muertos, uno de ellos un cordero joven, y a otros tantos heridos.

Los ganaderos están seguros de que se trata de un ataque de lobo, aunque aún están a la espera de que técnicos de la consejería de Desarrollo Rural valoren los daños. Estiman que la indemnización que pueden recibir rondará los 100 euros por animal, "lo que no te cubre la pérdida, ya que las ovejas estaban a punto de parir", explica María Jesús Rodríguez.

En esta ganadería no es la primera vez que sufren el ataque del lobo. Hasta en seis ocasiones han perdido ovejas de la mano del cánido, además de potros y dos terneros hace unos años. Ahora han decidido recoger a sus animales para la cuadra para evitar más ataques.