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El Peligro más hospitalario

La localidad tinetense, sitio funesto en su origen, recibe ahora al visitante con dos bares-restaurantes, tres ganaderías y una bolera de bolo celta para novatos

El Peligro más hospitalario

Cuentan los vecinos de El Peligro, en Tineo, que el nombre de su pueblo es el reflejo del riesgo al que se enfrentaban, tiempo atrás, los caminantes que transitaban por la zona. Según la historia que narran, cuando el pueblo estaba compuesto por tan sólo una cabaña era el lugar perfecto para que los bandidos se escondieran en ella a la espera de transeúntes a los que robar sus pertenencias, en especial en fechas tan señaladas como la celebración de la feria de los Santos en el vecino pueblo de Gera. Así, los viajeros que utilizaban esa vía y conseguían atravesarla sin sobresaltos suspiraban de alivio y exclamaban: "Ya pasó el peligro", contribuyendo así a nombrar un pueblo que nació con apenas cuatro casas y que en las últimas décadas ha aumentado hasta la docena.

Ahora, El Peligro ya no es conocido por el miedo a atravesarlo, sino por todo lo contrario. Al entrar a la localidad dos bares-restaurantes dan la bienvenida a los visitantes y los invitan a disfrutar de una copiosa comida casera.

A un lado de la carretera se encuentra la parrilla Vicente, con 60 años de historia y que actualmente regenta Loli Martínez. Asegura que la vida en la zona cambió mucho y que ella nota en su negocio cómo el paso de gente durante los días de semana ha disminuido y son los sábados y domingos los días que hay un poco más de vida. "Como en todos los pueblos, cada vez queda menos gente y los bares de la zona rural casi están desapareciendo, porque estamos pagando igual que si estuviésemos ubicados en Oviedo", lamenta. Algo que echa en falta es que no se promocionen rutas alternativas del Camino de Santiago por el concejo "porque da mucha vida y se nota en los pueblos por los que pasa".

Al otro lado de la vía, un local centenario mantiene sus puertas abiertas, ahora bajo el mando de Lorena Menéndez. La dueña del local, Nedi Muñiz, recuerda que durante mucho tiempo El Peligro, situado en la carretera AS-217 que une Tineo y Allande, fue una zona de paso muy importante.

Además, hasta hace no muchos años en El Peligro se podían encontrar un almacén de piensos, una peluquería o más atrás en el tiempo un "ferreiro". También la ganadería tiene presencia, aunque no de una manera muy llamativa. Tan sólo hay activas tres explotaciones, de las que dos son de carne y una de leche.

En El Peligro también hay tiempo para el ocio y la forma de disfrutarlo en el pueblo es jugando al bolo celta. La localidad cuenta con una bolera que no está federada, pero atrae a jugadores principiantes para practicar y mejorar en el deporte. El vecino Manuel Menéndez "Lastra" es un gran amante del juego de bolos y además el encargado de fabricar los bolos de forma artesanal para las boleras de la zona.

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