El niño Roberto Peláez se convirtió ayer en alcalde de Cudillero. Con 10 años de edad, decía estar "preparado" para afrontar el reto. A sus bandas, otros alumnos de quinto curso del colegio de Soto de Luiña le observaban atentamente. "¿Qué toca ahora?", se escuchó decir a la secretaria, también por una hora, Marina López. Tocaban las mociones. Todos los concejales de esta corporación infantil tenían muy claro qué deberían proponer y debatir para mejorar el concejo.

En un pleno que sólo se vive una vez al año con motivo del puente de la Constitución, los niños volvieron a escenificar la mejor de sus interpretaciones. Pidieron para la villa y pidieron para la zona rural, y no todos votaron al unísono. "Cada uno tiene su opinión porque, precisamente, eso es lo que se trabajó en clase: tener criterio", indicó la directora del centro, María Alonso.

La sesión concluyó con la aprobación de todas las mociones, infantiles por la procedencia pero maduras por el contenido. Los partidos formados por los alumnos ("La esperanza del pueblo", "Los pueblos verdes" y "Paisanes y paisanos unidos") pidieron más limpieza para las cunetas de los pueblos, que se recoja la basura al menos cuatros día a la semana, que se repare la carretera que lleva a la playa de La Concha de Artedo, tener agua limpia, hacer algo para evitar las casas abandonas en el centro de Cudillero, reservar aparcamientos en la villa por las mañanas "para hacer gestiones", poner tacos en las mesas y sillas del colegio, y reparar la carretera del faro Vidio.

Antes, el alcalde Roberto Peláez ya se ocupó de subrayar que de nada servían los discursos "si no se promete hacer cosas". El alcalde "de verdad", Ignacio Escribano (PP), contestó finalmente a cada una de las propuestas ante los nuevos concejales y el público infantil. Consideró que "deberían celebrarse más plenos infantiles al año". De hecho la corporación municipal escuchará a partir de ahora otras peticiones que pudieran cursar los colegios a través de sus alumnos.

En Navia, los escolares representaron a la perfección el proceso democrático para elegir al alcalde, y descubrieron qué es la Constitución, y qué derechos y deberes contiene. En la iniciativa participaron alumnos de los tres centros del concejo, que llevaron hasta los dirigentes locales diferentes peticiones y representaron un pleno.

Así, María Peláez, representante del colegio Santo Domingo, incluyó entre sus reclamaciones la instalación de una fuente de agua junto a las pistas deportivas de Las Veigas, iluminación y más longitud para la senda de ese barrio, y una novedosa iniciativa: crear un itinerario didáctico en el entorno de Veiga de Arenas con paneles informativos sobre la fauna y la flora de la zona. Por su parte, Tiara Méndez, del Ramón de Campoamor, se refirió a las mejoras que necesita su centro, en cuanto a "columpios y zona de juegos", y también se preocupó por la cultura: pidió al Alcalde que se cedan espacios adecuados a las personas que realicen este tipo de actividades.

Por último, le tocó intervenir a la representante del Pedro Penzol de Puerto de Vega, Tania Pérez, que, además de las peticiones para el patio del colegio, reclamó una senda peatonal que conecte la localidad con la playa de Frexulfe, al ser un tramo muy transitado por los vecinos, sobre todo en verano. Los dirigentes locales presentes pudieron tomar buena nota de cada una de las peticiones formuladas por los escolares.

En Coaña, en el colegio Darío Frán, alumnos de 4º y 5º de Primaria representaron un pleno, presidido por la Alcaldesa, y del que tomaba cuenta, a su lado, la secretaria. En el orden del día se incluyeron la reparación de la carretera de Coaña a Lebredo, aprobada no sin polémica, el acondicionamiento de la senda costera, que logró el consenso de los grupos, y la lectura de un manifiesto contra la violencia machista.