La meta es la excelencia, y el camino, el compromiso de los profesionales y la confianza de los usuarios. Esa es la mentalidad de Susana Santamarina, médico especialista en psiquiatría y natural de Mieres, en cuyas manos ha quedado hace apenas un mes la gestión del área sanitaria I, la noroccidental, y del Hospital de Jarrio. Ha llegado al Occidente desde el otro ala de la región, desde el Hospital Grande Covián de Arriondas, un centro donde se encargó de la dirección de Atención Sanitaria y Salud Pública. Santamarina asegura que Jarrio continuará ofreciendo una amplia cartera de servicios, al tiempo que creará sinergias con otros hospitales asturianos.

-¿Qué le llevó a optar a la plaza de gerencia de este área?

-La gerencia es un ámbito de trabajo interesante, en el que creo que puedo aportar cosas. Conocía el trabajo que se estaba haciendo aquí, al equipo directivo, y las particularidades de las áreas pequeñas y rurales. También hay una parte afectiva, porque mi familia paterna proviene de esta zona. Estoy contenta. La sorpresa ha sido grande, positiva, al ver el trabajo que aquí se desarrolla.

-¿Cómo se ha encontrado el área?

-La he encontrado bien. Son buenos los indicadores más objetivos: asistenciales, de accesibilidad, demoras, de cercanía de las prestaciones a los usuarios, los niveles de calidad técnica del hospital... Me gustaría que pudiéramos seguir avanzando. Una de las cosas que más me ha gustado es la fidelidad que tiene el territorio y la población a sus servicios, y ese sentimiento es recíproco. Es una gran fortaleza de este área sanitaria. Suele ocurrir en las áreas rurales, pero aquí se nota mucho más. Tanto por parte de los actores sociales y la población como por la propia estructura sanitaria y sus trabajadores. No podemos desaprovechar esto, porque las mejoras en esta área sanitaria tienen que venir a partir de la aplicación de modelos de excelencia.

-¿En qué términos se realizarán esas mejoras?

-Me planteo poder mejorar en la organización de nuestros servicios, a través de la aplicación de modelos de trabajo, aportando una visión nueva, sin perder de vista lo que tiene que ver con la eficiencia y la sostenibilidad. Siempre van asociadas a la palabra recorte, pero en este caso no es así. Eficiencia en el sentido de gastar bien, no gastar menos, porque se hace un uso inadecuado de servicios. Hay que revisarlo. Y en cuanto a la sostenibilidad, en lo referente a generar las condiciones adecuadas en este momento para que el sistema que vayan a tener nuestros hijos siga siendo como el que tenemos ahora. La eficiencia es un compromiso ético, no es un compromiso pequeño: si queremos seguir teniendo servicios sanitarios públicos necesariamente tienen que ser éticos. Con el presupuesto que tenemos podemos ser eficientes y prestar una cartera de servicios de mucha calidad, haciendo algunas modificaciones que todos los servicios sanitarios están haciendo.

-¿Cómo se realizarán esos cambios que plantea?

-Como equipo directivo tenemos la voluntad de poder crear modelos de organización distintos, consiguiendo involucrar a los profesionales, para alcanzar los modelos de gestión clínica. Eso necesita liderazgo, información. Queremos que haya una ética de la confianza, entre los directivos y los profesionales. Los cambios que necesitamos hacer los tenemos que hacer contando con los profesionales, y, obviamente, con la participación, beneplácito y confianza de los usuarios, que la tenemos. La población confía en su sistema sanitario.

-¿Qué ha cambiado desde que se inaugurara el Hospital hace ya 25 años?

-El mapa sanitario en Asturias, creado en los años ochenta, obedecía a una situación y a un contexto muy distintos a los que hay ahora, en términos de población, comunicaciones y telecomunicaciones. Ahora mismo el contexto es totalmente diferente. Tenemos un patrón epidemiológico y poblacional distinto. Tenemos menos población, pero más mayor. En el área sanitaria, un treinta por ciento de población es mayor de 65 años. El cuidado se centra en patologías crónicas, lo que necesita unos recursos distintos. Y la mejora de las telecomunicaciones hace necesario modificar nuestra manera de hacer. ¿Eso significa que tenemos que quitar los hospitales de dónde están? Para nada. Significa que tenemos que trabajar incorporando todos estos avances. El papel de la telemedicina va a revolucionar la manera de atender la asistencia.

-¿Entiende el temor que existe a perder servicios?

-Es un temor "mágico". Siempre está ahí, a pesar de que la realidad ha sido otra muy diferente. El Hospital de Jarrio ha reforzado sus servicios fundamentales, hace más actividad, tiene más consultas, más profesionales. Se trata de avanzar en la excelencia, lo que necesita que se trabaje de manera más coordinada con los médicos de atención primaria. Y eso lleva un tiempo, y un trabajo. Debemos empezar a trabajar como trabajan las organizaciones más modernas.

-¿Qué aporta la fusión de áreas?

-La fusión de áreas permite obtener economías de escala, por ejemplo en el ámbito de los suministros, de la farmacia. Los costes se abaratan. Además, no tiene mucho sentido tener servicios muy especializados en hospitales comarcales.

-¿Se reforzará esa conexión con el hospital de Avilés?

-El Hospital de Avilés nos ofrece colaboración, por ejemplo, en cuestiones que tener aquí no tiene sentido, como es la parte de oncología. Nos beneficiamos de su capacidad técnica. No es efectivo tener ese recurso aquí porque nosotros lo vamos a utilizar menos, tenemos poca población. Nosotros les ayudamos en aquello en que somos mejores, como en los procesos quirúrgicos. Ellos se benefician de nuestra mayor capacidad productiva. Esas líneas de trabajo tienen que continuar, porque además necesitamos tener profesionales que estén muy actualizados. Se puede caer en el riesgo de la obsolescencia. Las fusiones de áreas permiten un mayor dinamismo en el movimiento de los profesionales dentro de los servicios y también de los propios pacientes. No lo veo como una amenaza; al contrario, es una fortaleza.

-¿Ha podido hablar con los alcaldes? ¿Qué le han transmitido?

-Sí, he podido hablar con ellos. Destaco sobre todo ese amor y fidelización que tienen por este sistema sanitario. En este sentido creo que hay mucha sinergia, al margen de la orientación política de los distintos alcaldes. Y eso es algo que tenemos que aprovechar. Son gestores de lo público, y hay cuestiones en que podemos estar en pequeño conflicto, pero siempre pienso que debemos tener altura de miras y trabajar juntos por la sostenibilidad a medio plazo.

-¿Qué le pide al nuevo año para este área sanitaria?

-Lo importante sería poder comprometer a los profesionales del área sanitaria y a los ciudadanos en que se puede trabajar, quitando todos esos miedos, prestando servicios excelentes a los ciudadanos. Compromiso de los profesionales y confianza a los ciudadanos, es lo que pediría.