La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Clase con huevos en Puerto de Vega

"¡Qué sorpresa!", exclaman los alumnos del colegio Pedro Penzol al ver nacer un pollo durante un taller para conocer la raza regional y educar en alimentación

Un grupo de escolares coloca los huevos en la incubadora. A. M. SERRANO

Los huevos no se hacen en los supermercados y los de color azul no tienen menos colesterol que los blancos. Son dos de las primeras lecciones que ayer transmitió a los alumnos del colegio Pedro Penzol de Puerto de Vega el portavoz de la Asociación para la recuperación de la Pita Pinta Asturiana, Emilio Martínez. Unos cuarenta alumnos escucharon atentamente y vieron en imágenes cómo nace un pollo. Algo que algunos habían visto "en la casa de su abuelos" y que otros observaron atentos por primera vez.

"¡Qué sorpresa!", se escuchó decir con el paso de las imágenes que retrataban evolución de un huevo. Ahora, tendrán la oportunidad de ver cómo nacen estos animales. La entidad trata de recuperar esta especie el peligro de extinción. Para ello hace ronda por los colegios asturianos para explicar el ciclo de vida de un pollo y profundizar en cuestiones de alimentación.

"Me sorprendo mucho con lo que preguntan los niños; muchos piensan que un huevo se hace en un supermercado y eso en Asturias no se puede tolerar", dice Emilio Martínez. No es el caso de la alumna Noa Uña. Ella sabe desde ayer que con una máquina, una incubadora, puede nacer un pollito. Noa atendió con interés todas las explicaciones de Emilio Martínez y será una de las encargada de cuidar de los huevos y de los futuros pitos. Y es que en Puerto de Vega se quedarán once huevos de pita pinta asturiana. Serán los alumnos los encargados de velar por el buen estado de todo ellos. Para Enol Martínez esta tarea es fácil. "Tenemos que mirar cómo está por dentro con el ovoscopio y dejarlo 21 días en la incubadora a 37 grados", dice con seguridad.

Todo el material para que se puede ver la evolución del huevo se queda en este colegio naviego. Cuando nazcan los pitinos se atenderán en el centro hasta que los alumnos puede llevárselos a casa.

El director del colegio, Miguel Ángel Méndez, considera que este tipo de actividades son necesarias. "Para empezar enseñamos cuál es el ciclo de la vida. Nuestro objetivo es que los niños respeten a los animales", indica. La falta de empatía con algunos seres vivos que habitan en la zona rural genera problemas, en algunas ocasiones con la justicia. Es por ello que el colegio se animó a hacer esta actividad "preventiva". "Además vivimos en un mundo rural que va a menos y creemos que es muy importante que los niños sepan que hay que cuidar a los animales", indica el profesor. También se trata de trabajar los hábitos alimenticios y de conocer aquello que se come. Desde ayer los alumnos saben que no todos los huevos de los que se comen tienen el mismo aporte nutricional. "Un huevo campero tiene menos colesterol, más calcio y más omega 6 que un huevo común industrial", dijo Emilio Martínez.

Esta actividad es además un complemento al huerto escolar que tienen el colegio de Puerto de Vega y que hace que a los niños sean más responsables de su alimentación y conozcan algunos tipos de verduras.

Compartir el artículo

stats