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La bolera occidental | JOVINO PELÁEZ | Jugador de bolo celta, distinguido como mejor deportista autóctono de 2015

"Los bolos carecen del apoyo público y privado que tienen otros deportes"

"La recuperación de los mundiales sería esencial para que el deporte autóctono recuperase la repercusión internacional que tuvo en su día"

Jovino Peláez posando en la bolera. LUCAS BLANCO

Jovino Peláez nació hace 36 años en Francos (Tineo). Es trabajador público y a sus espaldas cuenta con toda una vida vinculada al deporte de los bolos, que mamó de su familia. En su tiempo libre practica fútbol, pádel y corre rallyes, pero es en el bolo celta donde acumula un palmarés que le ha convertido en leyenda. El año pasado ganó casi todo lo que jugó y eso le llevó a ser galardonado con el premio a mejor deportista autóctono por la Asociación de Prensa Deportiva del Principado.

-¿Qué supone este reconocimiento para usted?

-Una satisfacción enorme, un tremendo orgullo. No sólo se me reconoce a mí, sino que creo que es un premio para toda una modalidad y un deporte, en una comunidad en que no es fácil salir en los medios y ser reconocido. En lo personal está claro que es un reconocimiento a un año que en cuanto a títulos se refiere ha sido espectacular y anima a seguir luchando en año venideros.

-¿A qué aspira un jugador que ya lo ha ganado todo?

-A poder disfrutar mientras juego. El día que deje de disfrutar tendré que plantearme seriamente seguir jugando. Para pode aspirar a volver a ganarlo todo se necesita disfrutar de lo que haces.

-Ha practicado otros deportes. ¿Que diferencia a los bolos de los demás?

-Sí, he practicado muchos (risas). Jugué federado 16 años al fútbol en equipos como el Navelgas, el Otur, el Barcia y el Tineo, con el que logré dos ascensos. Desde hace ocho años ejerzo de copiloto en rallyes en pruebas del nacional y fui campeón de Asturias absoluto con César Palacio en 2013. Ahora me estoy iniciado en el pádel. Todos los deportes son diferentes, pero todos tienen un denominador común: competir. La clave es no creerte que lo sabes todo y seguir aprendiendo de tus errores y rivales. La esencia de los bolos es la misma que la de otras disciplinas.

-¿Echa de menos la época en la que se celebraban mundiales?

-Claro. Por desgracia la última vez que se disputó uno no pude jugar por motivos de salud. Sería un extraordinario marco para que las modalidades de bolos cogieran el auge internacional que en su día tuvieron. Ahora se juegan torneos intercontinentales, pero no es el mismo campeonato porque sólo pueden jugar cuatro.

-¿Gozan de buena salud los bolos?

-No creo que la salud de los bolos sea muy buena. Ha habido demasiados problemas extradeportivos en los últimos años por los que hemos dado algún paso atrás.

-¿Qué le parece la incorporación de las mujeres al bolo celta?

-Es de lo mejor que se ha hecho durante estos años. Entiendo que es un gran acierto porque no tiene por qué ser un deporte exclusivo de hombres. Este año fue el primero de competiciones oficiales y hubo mucho éxito de participación y público. Una gran iniciativa posible en gran medida por la labor de Rocío Menéndez, la delegada de bolo celta en la Federación Asturiana de Bolos, en colaboración con otras chicas.

-¿Hay relevo en el deporte autóctono?

-En los últimos años salieron nuevas generaciones que hicieron grandes cosas. Se formaron varios equipos jóvenes y obtuvieron resultados importantes.

-¿Qué sugerencias haría para atraer a los jóvenes a los bolos?

-Cualquier actividad deportiva que se realice es importante para el desarrollo de cualquier persona y si encima se trata de un deporte tradicional tiene un plus. Estás practicando algo que es parte de tu cultura, del lugar al que perteneces, y no hay mejor cosa que apostar por nuestra historia.

-¿Existe discriminación entre las distintas modalidades?

-Rotundamente sí. Es realmente lo que creo. Durante muchos años fuimos ninguneados por la federación y sus presidentes. Es cierto que otras modalidades tienen más federados que nosotros, pero eso no justifica la marginación a la que se nos sometió a nivel informativo e institucional.

-¿Cree que es posible que se produzca un mayor entendimiento entre especialidades?

-Así debería ser por el bien de los bolos, pero, siendo realista, es muy difícil. Todos tienen sus propios intereses y es muy complicado que se llegue a acuerdos para que todo sea más fluido. Sería interesante aprovechar las instalaciones de La Morgal para hacer torneos de distintas modalidades para que los jugadores se intercambiaran. Lo propuse a cargos federativos y siempre obtuve el silencio por respuesta.

-¿Cómo valoran la reconducción de las relaciones entre las federaciones regional y nacional?

-Todo lo que no fuera así es un error grave como lo fue tantos años hasta ahora. Los perjudicados fueron los jugadores y, ojo, todas las modalidades. La cuatreada dejó de tener campeonatos nacionales desde entonces, con lo que fue perjudicada seriamente, aunque el dirigente de aquella época no lo entendiera así. Fue una época lamentable.

-¿Hay suficiente apoyo institucional a los bolos?

-Para nada. Ni público ni privado. A todos se nos llena la boca con promesas que luego no se cumplen. No nos dan el mismo valor que a otros deportes. Considero que se nos desaprovecha turísticamente.

-¿Cuál ha sido para usted el mejor momento de su carrera?

-Todas las victorias son importantes, pero aunque parezca una tontería me tengo que quedar con cuando mi madre y mi cuñado me dijeron que iba a jugar federado con ellos. Cuando te dicen eso con 15 año es muy importante. Esto para un niño que llevaba toda la vida viéndolos jugar suponía mucho.

-¿El peor?

Lo que más lamento es no jugar más años con mi padre. Sólo coincidimos tres temporadas. Asimismo, hay alguna historia extradeportiva vinculada a este deporte que fue dura de asimilar durante estos años.

-¿Tiene algún referente en el bolo celta?

-Mi padre. Es el que siempre me llevó todos los domingos del año a verlo jugar. De ahí surgió mi verdadera pasión, además de admirarlo como jugador porque fue uno de los grades de este deporte. No podría olvidar a mi cuñado, que desde bien pequeño perdió mucho tiempo conmigo intentando que mejorase técnicamente. Sobre todo a él le tengo que agradecer sin duda el tiempo que perdió conmigo. Como jugadores no podría olvidarme de Belarmino Ronderos y de Víctor Lastra, para mí los jugadores más elegantes que vi en mi vida y de los cuales traté de aprender.

-¿Hay más nivel ahora o había más antes?

-Depende de qué época. Cuando jugaban Belarmino, Víctor, mi padre u otra figura como Boni había más nivel y las partidas eran muy intensas. Yo aprendí mucho de aquella época viéndolos jugar, era una pasada. Ver partidas de gran rivalidad como eran La Oteda contra Navelgas era lo máximo. Para mí ahora hay menos nivel, pero porque hay menos jugadores que antes.

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