Pedro Vega Valdés (Cangas del Narcea, 1975), especialista en radiodiagnóstico, es el responsable de la unidad de neurorradiología intervencionista del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA). Pasado mañana ingresará como miembro correspondiente en la Real Academia de Medicina del Principado. Su discurso de toma de posesión versará sobre la materia en la que está especializado y a la que se dedica de forma muy prioritaria: "Neurorradiología intervencionista en el ictus: pasado, presente y futuro". Será presentado por Carlos Hernández Lahoz, antiguo jefe de servicio de neurología en el HUCA.

-¿Qué implica para usted el ingreso en la Real Academia de Medicina?

-Un honor y un privilegio. Con este nombramiento adquiero un mayor compromiso para trabajar en proyectos que mejoren la supervivencia y la calidad de vida de nuestros pacientes.

-Su especialidad es relativamente desconocida.

-La neurorradiología intervencionista agrupa el conjunto de actividades diagnósticas y terapéuticas que se aplican en determinadas enfermedades que afectan al sistema nervioso. A través de una punción en la arteria femoral se accede al árbol vascular y, con la ayuda de catéteres y guías, es posible introducirse en las arterias del cerebro, donde se realizan diferentes tratamientos. Destacan la dilatación de estenosis arteriales, la embolización de aneurismas cerebrales y la extracción de trombos causantes de ictus.

-¿Deja secuelas?

-Son intervenciones mínimamente invasivas, lo que permite que los pacientes se recuperen muy rápido y reanuden enseguida su vida cotidiana.

-Usted se dedica al tratamiento de ictus. ¿Resultados?

-El ictus se produce porque un trombo ocluye una arteria cerebral. Los neurorradiólogos intervencionistas realizamos lo que se denomina "trombectomía mecánica", que consiste en extraerlo del cuerpo introduciendo un dispositivo mediante un cateterismo. Asturias es una de las comunidades autónomas de nuestro país donde mejor funciona la atención al paciente con ictus isquémico agudo gracias a unos protocolos de actuación muy eficaces.

-¿Cómo puede evolucionar el abordaje del ictus?

-Es fundamental el tiempo. Los protocolos están bien establecidos, pero debemos mejorar los tiempos de actuación para que los tratamientos se inicien lo antes posible. Existe una clara relación entre la apertura precoz de la arteria obstruida y el buen pronóstico funcional del paciente. Los tratamientos endovasculares están en continua investigación y desarrollo, lo que permitirá disponer de técnicas más eficaces, rápidas y seguras en un futuro próximo.

-¿Es mejorable el tratamiento del ictus en la sanidad asturiana?

-Sería posible ampliar los protocolos de actuación para extender los tratamientos a un grupo más amplio de la población, eliminando criterios de selección como la edad o el tiempo de evolución, pero siempre analizando con cautela cada uno de los casos.