La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La Pereda, puerta de entrada a Tineo

Los vecinos recuerdan la localidad como una pequeña villa con servicios que ahora sólo mantiene abierto un bar y un taller, además de negocios ganaderos

La Pereda, puerta de entrada a Tineo

La Pereda, situado al pie de la carretera regional AS-216, hace de frontera entre los concejos de Salas y Tineo. Durante años, el pueblo ejercía como un tipo de aduana, conocida como fielato, nombre que se le daba a las casetas de cobro de los arbitrios y tasas municipales sobre el tráfico de mercancías. Así, los vecinos recuerdan cómo cualquier producto que se transportaba debía ser declarado en la caseta que se situaba al lado de la carretera.

Como si de una pequeña villa se tratase, La Pereda también contaba con su propia gasolinera y con unos cinco bares tienda en los que podían encontrarse todo tipo de productos y, sobre todo, eran el punto de reunión principal de los vecinos de la zona y de los viajeros.

El ajetreo de entonces se resume en la actualidad en un solo bar con estanco abierto, que gestiona Liliana Francos desde hace 14 años. "Se vive del paso de gente, desde la apertura del tramo de la futura autovía se nota más afluencia de gente en esta zona", comenta Francos. Su bar también sirve como centro social, continúa siendo un punto de reunión para vecinos y amigos aunque las formas de relacionarse han cambiado. "Ahora todo el mundo viene con su móvil y se entablan pocas conversaciones, pero lo que se sigue manteniendo es el juego de cartas", explica.

La principal actividad económica del pueblo siempre fue la ganadería. Actualmente se mantienen activas seis explotaciones de leche y otras tres de carne, cuando en el pasado, con menor número de cabezas, había una ganadería casi por cada casa del pueblo, unas 70. "Antes la leche que se producía iba a las desnatadoras, unos puestos que albergaban varias casas de la localidad y que lo que hacían era extraer la manteca de la leche, para que se la llevase la mantequera de Tineo; el suero que se producía se devolvía a las casas", relata Elvira Lorences.

Durante años, La Pereda recibió numerosos vecinos nuevos. "Algunos venían como caseros y acababan comprando propiedad y quedándose aquí", comenta José García, conocido como "el Gaitero". También llegaron vecinos que se instalaron para explotar otros sectores en la zona. "Con el auge de la maquinaría agrícola se instaló en el pueblo un taller de venta y arreglo de maquinaría que continúa activo y también una empresa dedicada a trabajar el hierro y acero que ahora mismo gestiona el nieto del fundador, de 29 años", cuenta Elvira Lorences.

La Pereda también es importante por ser el primer pueblo tinetense en recibir a los peregrinos de la ruta jacobea. El Camino de Santiago atraviesa el pueblo y tiene una parada obligada en la ermita del Cristo de los Afligidos, que no hace mucho tiempo los vecinos la recuerdan convertida en gallinero. Precisamente el arreglo del camino a su paso por La Pereda es una de las demandas vecinales, así como la mejora de los accesos a las fincas, sin concentración parcelaria, o la construcción de una senda peatonal que una con La Espina (Salas) "porque es un peligro pasear por la carretera", advierten los vecinos.

Compartir el artículo

stats